LÁCTEOS Y SALUD ÓSEA.
La mayoría de estudios observacionales realizados en niños y adolescentes han encontrado un aumento total del contenido mineral óseo en aquellos sujetos con mayor consumo de leche y otros lácteos, tanto a corto como a largo plazo. Este efecto positivo sobre la salud ósea puede atribuirse al contenido en minerales que forman parte de la matriz inorgánica del hueso, contenido en vitamina D, calcio y potasio que regulan el
recambio óseo.
LECHE Y DEPORTE.
La lactosa, tras la hidrólisis intestinal se convertirá en glucosa y galactosa, que poseen una importante función energética, lo que convierte la leche en un alimento adecuado para la preparación del deportista y su recuperación post ejercicio, causa menos molestias abdominales y menor sensación de plenitud postprandial, la proteína de alto valor biológico contribuye aumentando la síntesis de proteínas musculares durante el ejercicio, y sus ácidos grasos esenciales pueden ser utilizados como fuente energética cuando ya no hay disponibles depósitos de glucógeno, además de ser utilizados como vehículo de transporte para vitaminas liposolubles.11 Además, por su elevado contenido en agua (87.7%)12 contribuye a mantener los niveles de hidratación después del ejercicio para favorecer la termorregulación y el balance hídrico.
LECHE Y RIESGO CARDIOVASCULAR.
En los últimos años han sido publicados numerosos estudios relacionando la dieta con algunos lácteos descremados como alimento importante de la misma, estos son homogéneos en cuanto a sus resultados, y todos los metaanálisis disponibles sugieren que el consumo de lácteos tiene un pequeño efecto sobre la reducción global del riesgo de enfermedad coronaria y eventos cerebrovasculares, tanto isquémicos como hemorrágicos, éstos últimos probablemente relacionados con la reducción de la presión arterial.
VERSATILIDAD.
Es un ingrediente versátil, ya que además de beberla sola, se puede incorporar a la dieta diaria de diferentes maneras; combinada con cereales (avena, trigo, arroz etc.), agregarla al café o té aumenta el contenido energético y proteico de éstos, también se puede adicionar a pastas, cremas de verduras e innumerables recetas de cocina para añadir sabor y nutrición.