Según los resultados de una investigación realizada por expertos de la Universidad Sun Yat-sen y el Colegio Médico de Hangzhou (China), los carotenoides que ingerimos con los alimentos mejoran la cognición, concretamente se habla del α-caroteno (pigmentos de color amarillo anaranjado y verduras de color verde oscuro), y del β-caroteno (pigmento de color rojo anaranjado que está presente en plantas y frutas).
Recordemos que los carotenoides tienen una capacidad antioxidante que reduce la acción de los radicales libres y el estrés oxidativo en nuestro organismo, varios estudios han apuntado los beneficios de estos elementos para la salud mental y cerebral, así como la optimización del rendimiento cognitivo, pero estos estudios se han centrado en el nivel plasmático de carotenos y su relación con la función cognitiva.
En el nuevo trabajo, los expertos buscaron evaluar la relación entre la ingesta de α-caroteno y β-caroteno en la dieta, y la función cognitiva en personas mayores, ya que la incidencia del deterioro cognitivo en este segmento poblacional es cada vez más frecuente. Hay factores de riesgo que favorecen este deterioro, como la falta de actividad física, la obesidad o una mala nutrición, que se considera un factor importante de riesgo, factores que están presentes de forma notable en personas mayores.
Los carotenoides de provitamina A, también denominados α-caroteno y β-caroteno, se pueden convertir en vitamina A en el organismo, y además de las propiedades antioxidantes de la vitamina A para el sistema nervioso central, se ha observado que también ofrece protección contra el deterioro cognitivo, concretamente a través de los precursores de esta vitamina (α-caroteno y β-caroteno), pero no se han estudiado a fondo sus beneficios a través de la alimentación.
En el estudio participó un grupo de 2,009 personas mayores de 60 años, que habían participado en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHNES) de los periodos 2011-2012 y 2013-2014. Se trata de un programa de investigación que lleva a cabo el Centro Nacional de Estadísticas de Salud que evalúa el estado nutricional y de salud de niños y adultos en Estados Unidos, y en el que había datos disponibles sobre la función cognitiva.
Los expertos recabaron la información sobre la ingesta dietética de α-caroteno y β-caroteno mediante encuestas sobre la alimentación, por otro lado, la función cognitiva fue evaluada utilizando diferentes pruebas. A nivel general, los resultados mostraron que las personas con ingestas más altas de β-caroteno, tenían menos riesgo de sufrir Alzheimer. Por género, se observó que los hombres con las ingestas más altas de α-caroteno y β-caroteno tenían menor riesgo de padecer Alzheimer, mientras que, en las mujeres, la ingesta de α-caroteno se asoció a un menor riesgo de sufrir esta enfermedad, y la ingesta de β-caroteno disminuyó el riesgo en la prueba de sustitución de dígitos y símbolos (DSST), prueba destinada a la detección de posibles deterioros cerebrales.
Lo cierto es que, en las diferentes pruebas cognitivas realizadas, los mejores resultados se asociaban a las personas con una mayor ingesta de los carotenos mencionados. Es cierto que en anteriores estudios se habían apreciado los datos obtenidos en esta investigación, pero aún no se ha definido el mecanismo por el que estos carotenos reducen el riesgo de deterioro cognitivo. Los expertos destacan que la ingesta de α-caroteno y β-caroteno a través de la dieta redujo la progresión de la aterosclerosis, el riesgo de accidente cerebrovascular, así como diferentes factores de riesgo de deterioro cognitivo.
Se postulan diferentes teorías sobre el mecanismo, y de momento no se puede determinar causalidad, por lo que son necesarios nuevos estudios y en ello trabajan los investigadores. No hay duda de que la alimentación saludable y equilibrada es un pilar muy importante de la salud, que ésta debe ser un hábito desde el nacimiento y que, en el caso de las personas mayores, sigue siendo necesaria una dieta en la que no falten las frutas y verduras.
Fuente: Gastronomía & República