Consumir alimentos frescos o congelados siempre ha sido una opción polémica en cuanto a calidad nutricional se refiere. De hecho, durante algún tiempo los profesionales de la nutrición rechazaban los productos congelados por la posibilidad de que estos tuviesen menos nutrientes que el alimento fresco; además, muchos congelados suelen contener más sal, azúcares y/o grasas que el producto fresco, aunque no siempre es así.
Aun así, los productos congelados han ido ganando peso en la alimentación semanal gracias a la oferta de los supermercados y a su facilidad de manejo: ya están cortados, lavados y en muchas ocasiones prácticamente listos para su consumo. Ahora bien, ¿tienen los mismos nutrientes los productos congelados que los frescos?
Los nutrientes de los congelados
Según un estudio que se publicará en el ‘Journal of Food Composition and Analysis’ de junio de 2017, es un error pensar que los productos frescos contienen más nutrientes que los congelados. En otras palabras, los congelados sí mantienen los nutrientes originales.
Para comprobarlo, los investigadores analizaron los nutrientes de diversos productos frescos y congelados, además de una tercera categoría a la que llamaron “fresco-almacenado”, la cual imitaba el tiempo que suele quedar almacenado un producto fresco por parte del consumidor medio -alrededor de cinco días-.
Durante el estudio se analizaron nutrientes como las vitaminas A y C y el ácido fólico de alimentos como el brócoli, la coliflor, el maíz, los chícharos, las espinacas, los arándanos, las fresas y los ejotes verdes. En la mayoría de las comparaciones, no hubo diferencias significativas en cuanto a la cantidad de vitaminas. Eso sí, en algunos casos incluso los alimentos congelados tenían más nutrientes que los frescos-almacenados -algo que contradice el mito de que fresco es mejor-.
Este último caso, donde los congelados ganan a los productos almacenados, podría explicarse por el hecho de que los productos congelados son llevados a ese estado mediante una técnica de congelación en fresco; esto quiere decir que los productos congelados no pasan por el proceso de transporte mediante camiones hasta llegar a los supermercados y posteriormente a nuestros hogares, por lo que ese tiempo y la pérdida de nutrientes que conlleva se evita.
Fuente: El Español