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Envases circulares y sostenibles: desafíos y oportunidades ante la nueva regulación europea

Si observamos nuestro entorno cotidiano, la mayoría de los residuos que generamos son envases. Esta omnipresencia es el resultado de un modelo de producción y consumo rápido y masivo, que ha llevado a la proliferación de una amplia variedad de materiales utilizados para contener, proteger, manipular, distribuir y presentar nuestros productos. Desde bebidas y alimentos, hasta artículos de higiene y limpieza, productos electrónicos y muebles, entre otros, todo llega a nuestras manos cuidadosamente empaquetado y envuelto, garantizando su correcta distribución y conservación. Sin embargo, detrás de su utilidad “aparentemente indiscutible”, se esconde un dilema ambiental que exige de atención urgente: los residuos de envases.

La problemática de los residuos de envases ha ganado mucha relevancia en el contexto global, motivada por el aumento de la conciencia social ante la crisis climática y la necesidad de minimizar nuestra huella ambiental. En consecuencia, las normativas han tenido que ir adaptándose y evolucionando a lo largo de la última década, estableciendo objetivos de sostenibilidad cada vez más ambiciosos para la industria.

Europa, en su búsqueda constante por promover prácticas rigurosas para la protección ambiental, ha marcado hitos significativos en la regulación de envases y residuos de envases. La actualización normativa más reciente corresponde al pasado 24 de abril, cuando el Parlamento Europeo aprobó la propuesta de un nuevo reglamento de envases y residuos de envases, con el objetivo abordar el constante aumento de los residuos, armonizar las normas del mercado interior e impulsar la economía circular. El Consejo Europeo, que ha acordado las normas de manera provisional, deberá ahora aprobar formalmente el acuerdo antes de que pueda entrar en vigor.

En este reportaje, exploramos en detalle las implicaciones del reciente proyecto de ley europea sobre envases y residuos de envases, desde la perspectiva de cuatro destacadas organizaciones españolas del sector, que se verán directamente afectadas por esta legislación. ¿Cómo reciben las organizaciones las nuevas disposiciones normativas? ¿Se encuentra España en el camino adecuado para cumplir con los objetivos establecidos a nivel europeo? ¿Cuáles son los desafíos que aún quedan por abordar? ¿Qué logros hemos alcanzado hasta la fecha? Responden a estas preguntas los expertos Jesús Pérez, Director del Cluster de Innovación en Envase y Embalaje; Óscar Hernández, Presidente de la Asociación Nacional de Recicladores de Plástico (ANARPLA); Gloria Lázaro, Directora general de la Asociación Española de Recicladores Recuperadores de Papel y Cartón (REPACAR); y Alicia García-Franco Zúñiga, Directora General de la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER) y Vicepresidenta de EuRIC (European Recycling Industries Confederation).

El nuevo reglamento europeo de envases y residuos de envases traza un conjunto de pautas y directrices para abordar los desafíos vinculados con la gestión de envases y sus desperdicios. A continuación, destacamos algunas de las propuestas más relevantes según los expertos.

En primer lugar, se insta a los Estados Miembros a minimizar la cantidad de envases y sus residuos generados. El texto incluye objetivos específicos (a 2030 y 2040) para la reducción de envases, impone medidas para evitar envases y embalajes innecesarios, prohíbe ciertos tipos de envases de plástico de un solo uso y establece condiciones para el diseño, a fin de reducir el peso y volumen de los envases al mínimo necesario.

Otra de las principales exigencias del reglamento es la mayor reciclabilidad para los envases, con el ambicioso objetivo de que todos los envases sean reciclables para enero de 2030 -salvo excepciones como madera ligera, corcho, textiles, caucho, porcelana y cera-, estableciendo criterios de rendimiento para evaluar la reciclabilidad de los envases. Esta medida, respaldada por el presidente de ANARPLA, es “fundamental para convertir todos los residuos en recursos aprovechables”, opina Óscar Herández, quien además hace referencia a la herramienta “Recyclass” para ayudar a los fabricantes a diseñar productos plásticos reciclables.

También la directora general de REPACAR subraya la necesidad de diseñar envases de manera que sean fácilmente reciclables y puedan integrarse eficientemente en los sistemas de reciclaje existentes. “La evaluación de la reciclabilidad del envase debe considerar las especificidades del material y abogar por directrices de diseño para el reciclaje que proporcionen una guía técnica sólida”, argumenta Gloria Lázaro. Además, hace hincapié en la importancia de consultar con expertos y partes interesadas para desarrollar un diseño adecuado para el reciclaje.

Por su parte, la directora de FER, expresa su apoyo a la definición de envases reciclables, haciendo distinción entre envases diseñados para el reciclaje y un envases reciclables, y aboga por un enfoque más rápido en la implementación del diseño para el reciclaje. Alicia García-Franco solicita que todos los envases cumplan con los requisitos de reciclabilidad para 2030 e insiste en la necesidad de medidas sólidas para evitar la contaminación de los plásticos reciclables por los “compostables”.

La nueva normativa establece además objetivos mínimos de contenido reciclado para envases de plástico, con la previsión de que estos aumenten progresivamente, aunque se elude de esta obligación a ciertos tipos de envases como productos sanitarios o envases necesarios para preservar la calidad de los medicamentos. Asimismo, el contenido reciclado deberá recuperarse de residuos de plástico postconsumo recolectados bajo normas específicas que promuevan un reciclaje de alta calidad.

“Estos objetivos serán fundamentales para la competitividad de las empresas en el corto y medio plazo”, opina el director de Cluster Envase y Embalaje. Sin embargo, Pérez lamenta que actualmente el precio de la materia prima virgen está siendo menor que el del plástico reciclado, lo que dificulta la incorporación de este último a la velocidad que convendría. Esta situación plantea un desafío para las empresas que buscan cumplir con los objetivos de contenido reciclado establecidos en el reglamento. Para este caso, García-Franco, que también respalda la medida de incorporación de material reciclado, aboga por buscar soluciones que permitan cumplir con estos objetivos sin comprometer la competitividad de las empresas.

La propuesta de ley también promueve sistemas de recogida separada y reciclaje mediante incentivos económicos y normativas específicas, con objetivos de reciclado y requisitos para contratos públicos; o tasas de recogida obligatorias y medidas para garantizar la disponibilidad de materiales reciclados. “Establecer elevados objetivos en este sentido permitirá una recuperación más eficiente de los residuos de envases”, alega el responsable de ANARPLA, apoyando la priorización de la recogida selectiva. Esto evitará la pérdida de recursos y facilitará que un mayor número de envases lleguen a las plantas de reciclado, contribuyendo así a la sostenibilidad ambiental y económica, añade.

Coincide la líder de FER, considerando las medidas para aumentar las tasas de recogida fundamentales para alcanzar los objetivos de reciclado. Sin embargo, advierte que las inversiones en recogida de envases no deben centrarse únicamente en las botellas y latas de plástico de un solo uso; y del mismo modo, los sistemas de devolución de depósitos no deben ser vistos como una solución “milagrosa” para aumentar las tasas de recogida, sugiriendo así la necesidad de enfoques más integrales y equilibrados.

En relación a la reutilización, se definen condiciones para que un envase sea considerado reutilizable, con requisitos de etiquetado para informar a los consumidores. Asimismo, se establecen objetivos de reutilización específicos a 2030, para diferentes sectores y formatos de envases, como por ejemplo envases de bebidas alcohólicas y no alcohólicas (con excepciones), envases de transporte y venta, y envases agrupados. Asimismo los distribuidores finales de bebidas y comida para llevar deberán ofrecer a los consumidores la opción de traer su propio envase (estaciones de rellenado), y esforzarse por ofrecer el 10% de los productos en un formato de embalaje reutilizable de aquí a 2030.

Sin embargo, algunas preocupaciones surgen respecto a la “falta de coherencia entre los objetivos generales de reutilización y otros objetivos planteados”, como señala la presidenta de FER. El reciclaje y la reutilización son complementarios y deben priorizarse según sus resultados medioambientales, por lo que los envases con un alto rendimiento de circularidad deberían quedar exentos de los objetivos de reducción y reutilización, argumenta García-Franco.

Se pronuncia también a este respecto Óscar Hernández, considerando que “se ha perdido una oportunidad a la hora de buscar la solución que mejor se adapta a cada situación”. Al establecer, en muchos casos, objetivos que únicamente van dirigidos a los plásticos, se puede incentivar la producción de envases que combinen materiales, lo que hará más difícil su reciclaje y obstaculizará la reutilización. Por este motivo, el líder de ANARPLA sugiere que el uso de herramientas como el análisis de ciclo de vida y la neutralidad desde el punto de vista de los materiales hubiesen mejorado de forma considerable el texto.

La nueva ley aguarda, además, importantes novedades en cuanto al etiquetado de los envases, dirigidas a la armonización, y se presta especial atención a la regulación para evitar el greenwashing, apunta Jesús Pérez. Por otro lado, se prevé una ampliación de la responsabilidad ampliada del productor, esto es, que los fabricantes asuman una mayor responsabilidad sobre los envases que venden, cubriendo costos adicionales como etiquetado de contenedores para la recogida de residuos y estudios de composición de residuos municipales. Finalmente, se contemplan algunas prohibiciones o restricciones por encima de ciertos umbrales para el uso de sustancias químicas peligrosas en envases en contacto con alimentos, a fin de reducir la exposición del consumidor a los tóxicos, prevenir efectos adversos para la salud y promover la seguridad alimentaria.

“A partir de ahora, queda un importante trabajo en forma de numerosos actos delegados, básicos dentro de este texto, que esperamos que se conviertan en el cemento que mantenga en pie los objetivos establecidos”, concluye Óscar Hernández.

¿QUÉ NOS INQUIETA? Preocupaciones de la industria respecto a la gestión de envases y sus residuos

Habiendo cartografiado las principales disposiciones del nuevo reglamento a través de la mirada de cuatro entidades líderes en la materia, indagamos con los expertos en las principales preocupaciones e inquietudes que conciernen al sector. Se destaca una opinión generalizada: los desafíos son múltiples y están estrechamente vinculados a las demandas cambiantes de la sociedad y las regulaciones en constante evolución, lo que requiere una atención inmediata.

La primera preocupación compartida por el Clúster Innovación Envase y Embalaje, ANARPLA, REPACAR y FER se centra en cómo abordar las obligaciones derivadas de la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP), incluida en el RD 1055/2022, que implican financiar y organizar la recolección de envases, ya sea individualmente o a través de un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor. Jesús Pérez, del Cluster, señala que estas obligaciones, que incluyen la adhesión a un SCRAP para todas aquellas empresas que ponen en el mercado envases industriales o comerciales, plantean desafíos críticos en el corto plazo, tanto a nivel financiero como de gestión, especialmente debido a la inmadurez del tejido de SCRAP en nuestro país y el desconocimiento de muchos de estos sistemas por parte de las empresas, lo que dificultará el cumplimiento de esta obligación antes de 2025. Gloria Lázaro, de REPACAR, coincide en que el mayor riesgo para el sector del papel y el cartón radica en la operatividad de los SCRAP para cumplir con la RAP. La experta aboga por que los productores respondan a las nuevas exigencias legales, permitiendo a las industrias seguir trabajando con sus gestores habituales de residuos. Además, menciona como ejemplo la formación de Cartón Circular, un SCRAP constituido por la cadena de valor del papel y cartón,  AFCO, ASPACK, ASPAPEL y REPACAR que garantiza un sistema eficiente y asegura la trazabilidad de la gestión y reciclado de los envases industriales.

Otro desafío importante, que preocupa especialmente a los profesionales del sector del packaging, es la necesidad de establecer claramente la responsabilidad sobre las certificaciones y los marcados de los materiales reciclados conforme a las nuevas normativas europeas sobre el plástico, explica el director de Cluster. La falta de claridad sobre quién asume esta responsabilidad genera incertidumbre y complejidad en la cadena de valor, especialmente en lo que respecta a la certificación de materiales reciclados. Esta incertidumbre también se extiende a las posibles exigencias adicionales en la certificación por parte de las administraciones y certificadoras, lo que podría resultar en costes adicionales para las empresas y representar un desafío estratégico adicional. En este sentido, la planificación y la flexibilidad en la toma de decisiones se vuelven fundamentales ante posibles cambios normativos, recomienda Pérez.

Desde la perspectiva de los recicladores de plástico, el responsable de ANARPLA, enfatiza la urgencia de implementar medidas para aumentar la recuperación de residuos de envases y que estos sean reciclables dentro del proceso del reciclaje. Considera que el desafío más importante en materia de envases, es garantizar la aptitud alimentaria del plástico reciclado, y destaca la importancia de aprovechar la tecnología más respetuosa con el medio ambiente para proporcionar una materia prima que cumpla con los objetivos de contenido reciclado obligatorio y reduzca la huella de carbono de los envases de plástico. Sin embargo, para ello es necesario involucrar a todos los sectores en la reducción de la huella de carbono de sus productos, así como hacer más competitivo en precio al plástico reciclado frente al plástico virgen, incorporando herramientas como la compra pública verde y otros impulsos positivos para las empresas que incorporan plástico reciclado en sus productos.

En este sentido, Hernández pone en valor la tecnología del reciclado mecánico -capaz de reducir la huella de carbono de las materias primas plásticas hasta en 14 veces evitando por sustitución, en España y en un año, más de 2 millones de toneladas de CO2 equivalente- y muestra su preocupación por la reciente aprobación en Europa del enfoque de balance de masas para el reciclado químico, que podría perjudicar la competitividad del reciclado mecánico. Por último, advierte sobre el riesgo de que, si no se toman medidas, se procesen la misma cantidad de residuos plásticos con rendimientos menores y costes ambientales superiores, y que “lo que se vendía como una tecnología complementaria, por ser menos favorable ambientalmente, necesite los mismos residuos que las empresas de reciclado mecánico”.

Por último, García Franco, considera que el gran reto es ser capaces de responder a las propuestas de los gestores de residuos, como implementar el ecodiseño y la responsabilidad ampliada del productor; así como mantener los modelos de gestión de residuos de envases existentes para garantizar una transición fluida hacia las nuevas regulaciones. Por último, pide reducir la burocracia, que implica costos elevados para los gestores y limita la capacidad de las empresas para invertir en tecnologías que mejoren la eficiencia en los procesos de recuperación y reciclaje. A ojos de la FER, el Real Decreto 1055/2022 se enfoca únicamente en la responsabilidad ampliada del productor y la reutilización, sin abordar adecuadamente la gestión de residuos de envases, lo que podría aumentar las cargas burocráticas de los gestores, que consideran desproporcionadas en algunos casos. En consecuencia, la experta expresa el compromiso de la organización para asegurar que estos cambios, especialmente la ampliación de la responsabilidad ampliada del productor a todos los tipos de envases, respeten los modelos de gestión existentes y los principios de igualdad, transparencia y concurrencia. Esto garantizará la libre competencia en los procedimientos de contratación de los gestores, concluye García-Franco.

¿QUÉ NOS ENORGULLECE? Logros alcanzados hasta la fecha

Considerando estos desafíos, resulta evidente que en España “aún queda mucho por avanzar”. Sin embargo, la presidenta de FER opina que el país “está en el buen camino” y se muestra optimista en relación a los cambios que se precisan para liderar la gestión de los residuos de envases. En primer lugar, destaca el progreso realizado desde la promulgación de la primera ley de envases en 1997, evidenciando la rápida adaptación de España a los requerimientos de la Unión Europea en materia de reciclaje y sostenibilidad. “Hasta entonces no se había oído hablar del reciclaje de estos productos ni existía conciencia al respecto, por lo que conseguir que en apenas 30 años nuestro país se haya alineado con los objetivos propuestos por la Unión Europea es ya de por sí el principal logro y es algo histórico”, celebra. La clave para que hoy podamos ser mucho más ambiciosos en relación al reciclaje de envases es, en un altísimo porcentaje, gracias al trabajo desarrollado por los gestores de estos residuos y la eficiencia alcanzada por toda la cadena de valor, elogia.

Asimismo, García Franco asegura que se están cumpliendo todos los objetivos que hay en la normativa actual y, con el nuevo Real Decreto 1055/2022, España ya ha establecido objetivos muy ambiciosos. Sobre este Real Decreto, destaca positivamente todas las medidas que incluye sobre ecodiseño, mejora de la reciclabilidad de los envases y la incorporación de materias primas secundarias procedentes de su reciclado en los procesos de fabricación de nuevos envases, “cuestión que no es baladí y que consideramos necesaria para consolidar la economía circular desde el inicio de la cadena”, opina.

Por su parte el director de ANARPLA resalta el liderazgo de España en el sector del reciclado de plásticos, siendo el tercer país con mayor tasa de reciclado, y el país con la mayor capacidad de reciclado por ciudadano en Europa, tan solo detrás de Alemania en capacidad bruta instalada. “Si un país puede conseguirlo somos nosotros”, asevera Hernández y destaca que en España ya se ponen en el mercado más de 1 millón de toneladas de plásticos reciclados como materia prima para los fabricantes de artículos plásticos.

La directora de Repacar agrega que, en materia de gestión de residuos y promoción de la economía circular, nuestro país también ha estado trabajando satisfactoriamente y en armonía con las directrices de la UE, logrando avances significativos en la mejora de la infraestructura de reciclaje y el impulso de la recogida selectiva. Asimismo, Lázaro ensalza la oportunidad detrás del papel y el cartón, que se han consolidado como formas de embalaje sostenibles y reciclables gracias a décadas de inversión e investigación en el reciclaje y el ecodiseño.

Por su parte, el director del Cluster de Innovación en Envase y Embalaje destaca el continuo esfuerzo del sector del envase y embalaje con la innovación y el desarrollo de nuevos materiales, así como con la adopción de procesos cada vez más eficientes y sostenibles. Este compromiso ha llevado a importantes avances en el ecodiseño, la prevención y la implementación de tecnologías más respetuosas con el medio ambiente, asevera Pérez.

En relación a esto, el dirigente de ANARPLA señala que el sector del envase ha estado movilizando tecnología y recursos desde que se reconoció la necesidad generalizada de utilizar material reciclado en sus productos, con la introducción obligatoria de contenido reciclado. Como ejemplo de esta afirmación, destaca que el sector del reciclado mecánico de plásticos está incorporando tecnología de extrusión con procesos de super limpieza para la aptitud alimentaria, inteligencia artificial, lavados con temperatura, ultima tecnología en separación óptica, procesos de circuito cerrado, destintado, estudiando la desodorización y sistemas de trazabilidad, entre otros, para proveer al sector del envase materias primas, tanto en aplicaciones en contacto con alimentos siguiendo la línea del PET, donde el PET reciclado mecánicamente ya se puede usar en contacto con alimentos, que son las que suponen un mayor reto, como en el resto de aplicaciones.

También en materia de ecodiseño, el experto enaltece el importante trabajo que se está realizando por parte de las empresas fabricantes de envases y distribuidoras y termina señalando que la clave es la colaboración, que se está convirtiendo en una tendencia dentro del sector.


5 claves para la transformación

Para concluir, los cuatro profesionales identifican las cinco claves que definirán el éxito del sector de envases y de residuos de envases, y que servirán para abordar los mencionados desafíos, hacer frente al aumento de los residuos generados y promover la economía circular de los recursos.

La primera de ellas es sin duda, la innovación, reitera Jesús Pérez, que ya resaltaba este pilar como uno de los grandes logros alcanzados en nuestro país. El experto destaca la importancia de dinamizar todo el ecosistema de innovación para identificar y lanzar proyectos que se alineen con las necesidades del mercado. La digitalización, tanto en el comercio como en la industria, es una herramienta vital en este proceso de cambio, afirma. También Gloria Lázaro señala la innovación tecnológica como pilar esencial, especialmente en la búsqueda de soluciones más eficientes y sostenibles para la gestión de los envases.

Sin embargo, avanzar en i+D+i no será posible sin la correspondiente financiación para afrontar los mencionados retos. En este sentido, el responsable del Cluster señala la necesidad de seguir contando con apoyo financiero por parte de las administraciones y pide un un mayor respaldo económico a las iniciativas del sector del envase y embalaje en materia de I+D+i.

Otro de los grandes ejes para abordar de manera efectiva los desafíos asociados con los envases y promover la economía circular es la colaboración multiactor, señala la dirigente de Repacar. La cooperación en la implementación de políticas, la compartición de mejores prácticas y la búsqueda de soluciones innovadoras pueden conducir a resultados más efectivos y sostenibles en la gestión de los envases, agrega. En esta misma línea, Pérez apunta que el proceso de cambio no corresponde únicamente al sector del envase y embalaje, sino que debe trasladarse a toda la cadena de valor. Esto incluye fabricantes de envase, usuarios, ciudadanía, administración, gestores y recuperadores de material, entre otros, enumera el director del Cluster.

Óscar Hernández, quien anteriormente había señalado este aspecto como uno de los mayores éxitos de nuestro país, resalta la relevancia de la colaboración entre empresas de reciclado y empresas fabricantes de envases, para trabajar en la materia prima reciclada que el fabricante necesita y también para trabajar en el diseño de los envases que el reciclador puede procesar en la planta de reciclado.

Igualmente, según Gloria Lázaro, es esencial brindar apoyo a las empresas gestoras de residuos, que contribuyen a la consolidación de un modelo de gestión exitoso en nuestro país, con una amplia red de instalaciones para el tratamiento de residuos. Estas infraestructuras, nos permiten gestionar los desechos de una manera efectiva y sostenible, por lo que se trata de un pilar esencial para seguir avanzando hacia un modelo de economía 100% circular.

Los especialistas también concuerdan en la importancia de disponer de información clara y precisa en toda la cadena de valor y entre la población en general. Pérez destaca que la transferencia de conocimiento y talento dentro del sector del envase y embalaje es esencial para abordar cualquier incertidumbre que pueda surgir. A nivel de la ciudadanía, las expertas de FER y REPACAR elogian el papel fundamental de la educación y la sensibilización en temas como el reciclaje, la reducción de recursos o la economía circular, entre otros. En este sentido, Gloria Lázaro resalta la necesidad de destinar mayores recursos a campañas de concienciación y difusión de información, cuyo impacto puede ser significativo para cambiar la la forma en la que la sociedad percibe y gestiona los envases. Por su parte, Alicia García – Franco sostiene que los esfuerzos deben dirigirse a promover un cambio de hábitos entre los consumidores para disminuir la cantidad de envases generados.

Por último, pero no menos importante, los expertos coinciden en la importancia del diseño de los envases, que emerge como una herramienta poderosa para abordar los desafíos relacionados con la gestión de residuos y la promoción de la sostenibilidad en el sector. Alicia García Franco pone de relieve la importancia del ecodiseño, buscando soluciones que minimicen el impacto ambiental y favorezcan la reducción de residuos. Asimismo, aboga por evitar el exceso de embalajes y promover una mayor reciclabilidad de los envases. Por su parte, Óscar Hernández considera conveniente adaptar el diseño del envase al tamaño del producto que protege, para optimizar el uso de materiales y reducir la huella ambiental. Además, destaca la eliminación del envase superfluo y la promoción de la reutilización, asegurando que los envases sean fácilmente reciclables al final de su vida útil. Por último, Jesús Pérez pone el foco en el diseño centrado en el usuario, que implica entender las necesidades del consumidor para desarrollar envases prácticos, atractivos y funcionales.

Para finalizar, la presidenta de FER muestra su convencimiento de que toda la cadena de valor está comprometida con el cambio. Si además de cumplir con lo establecido en la normativa europea -sin olvidar que esta debe ser flexible, para que a su vez pueda adaptarse a las demandas y necesidades de la industria- se cumple con estas premisas, nuestro país se situará en los lugares de cabeza la Unión Europea, concluye.  

Fuente: Retema

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