A partir de febrero de 2018, en Italia será obligatorio el etiquetado de origen en la pasta y el arroz; la medida fue aprobada hace unos días y concede a los fabricantes de estos alimentos un periodo de seis meses para adaptar sus productos a la nueva legislación, que tendrá una duración de dos años. La industria alimentaria se ha opuesto a la medida asegurando que es proteccionista y que vulnera los principios fundamentales de la Unión Europea.
Los países de la Unión Europea cada vez toman más medidas que, para algunas asociaciones y organizaciones comunitarias, podrían ser la causa de la fragmentación del mercado único en el sector de los alimentos y las bebidas; se trata de las etiquetas alimentarias que informan sobre el origen de los alimentos.
A la decisión de Francia de introducir el etiquetado de origen en la carne procesada y en los productos lácteos durante un periodo de prueba de dos años de duración, se han sumado otros países que han introducido o tienen la intención de aplicar un etiquetado obligatorio del país de origen de la leche y los productos lácteos, como por ejemplo Grecia, Finlandia, Portugal, Italia, Lituania y España, a esto hay que sumar los países que plantean su introducción.
Pero esto parece que sólo es el primer paso; de la carne y los productos lácteos pasamos al etiquetado de origen en la pasta y el arroz, iniciativa presentada y aprobada en Italia y que se anuncia como una prueba por dos años. Durante este periodo que iniciará a partir del próximo mes de febrero, los fabricantes de alimentos deberán indicar el país de origen de estas materias primas, además tendrán que informar sobre el país de molienda del grano en el caso de la pasta; y para el arroz, dónde fueron procesados y envasados los alimentos.
La medida fue aprobada por el Ministro de Agricultura y por el Ministro de Desarrollo Económico de ese país. Con esta medida se amplía en Italia la lista de productos alimentarios que deben informar sobre su origen, recordemos que anteriormente se introdujo la obligación de informar sobre el origen de las materias primas utilizadas para producir productos y derivados lácteos, incluyendo la información sobre dónde se procesaron.
El decreto concede un periodo de transición de 180 días a los fabricantes de los productos alimentarios para que se adapten a las nuevas normas, además tendrán que eliminar las etiquetas y envases que ya se hayan producido.
El gobierno de ese país informa que a partir del mes de febrero de 2018 los italianos contarán con un etiquetado más transparente sobre el origen del arroz y el trigo que se utiliza para elaborar la pasta, por lo que se cumple el objetivo de proporcionar la máxima transparencia a los consumidores e incrementar la protección de los productores italianos y las relaciones de dos de las principales cadenas de suministro que comercializa productos “Made in Italy”.
La medida se introduce a partir de una encuesta realizada anteriormente, en la que se concluía que el 85 por ciento de los italianos consideraban muy importante que se pudiera conocer el origen de las materias primas de los alimentos.
Identificación del origen de los alimentos
Como se comentó al principio, el etiquetado del país de origen es un tema controvertido en la Unión Europea; asociaciones y organizaciones que representan a los fabricantes consideran que este tipo de reglamentaciones son un grave error y vulneran los principios fundamentales de la Unión Europea.
Italia, junto a países como Francia, han solicitado anteriormente a la UE que introduzcan por ley la obligación de etiquetar los alimentos informando el país de origen, algo a lo que la UE se ha negado al considerar que la medida repercutiría en los costos de fabricación y en el precio de los alimentos, lo que sería contraproducente para los consumidores. Sin embargo, sí puede aceptar que se introduzca la medida a modo de prueba durante un plazo de dos años, ya que existe el precedente del etiquetado de la carne y los productos lácteos.
El gobierno italiano asegura que no pretende forzar a la UE a que adopte este tipo de regulaciones a nivel comunitario, pero lo cierto es que a medida que aparecen este tipo de iniciativas en los países miembros, la Unión Europea acabará sintiéndose forzada a reglamentar sobre el tema, porque no tiene sentido introducir una normativa de estas características a modo de prueba durante dos años por todos los cambios que ello supone.
Introducir el etiquetado de origen no es algo que acepten todos los países comunitarios, de hecho, el pasado mes de julio una coalición de países formada por Bélgica, República Checa, Luxemburgo, Alemania y los Países Bajos solicitó a la Comisión Europea que analizara el impacto que tienen estas normas nacionales sobre el etiquetado de origen a nivel comunitario.
Por ello, la Comisión Europea pidió a todos los países que han introducido la medida que proporcionen todos los datos sobre el “experimento” que han llevado a cabo. Esta solicitud ha sido considerada insuficiente por grupos como la FoodDrinkEurope (FDE), representante de la industria agroalimentaria de la Unión Europea, que se ha opuesto a estas medidas desde el principio.
En definitiva, a pesar de la oposición de la industria alimentaria, Italia introduce el etiquetado de origen en la pasta y el arroz, dando pie a que otros países quieran aplicar la norma en otro tipo de productos, por lo que es posible que cada vez esté más cerca la entrada en vigor de una reglamentación que informe sobre el país de origen de los alimentos a nivel comunitario.
Fuente: Gastronomía y Cía.