‘LipiDiDiet’, un consorcio de investigación financiado por la Unión Europea, ha descubierto que una bebida nutricional médica llamada ‘Souvenaid’ y que contiene ‘Fortasyn Connect’ (una combinación específica de ácidos grasos esenciales, vitaminas y otros nutrientes), podría impactar en la enfermedad de Alzheimer en fase predemencia, según los resultados de un ensayo clínico publicado en ‘The Lancet Neurology’.
En concreto, han mostrado que en estos pacientes el consumo de un envase diario del alimento para usos médicos especiales producía una estabilización significativa del rendimiento cognitivo y funcional cotidiano, así como una disminución del ‘adelgazamiento’ del cerebro.
Este ensayo clínico pionero forma parte de un gran proyecto financiado por la Unión Europea que ha involucrado a 311 pacientes repartidos en 11 centros de cuatro países (Finlandia, Alemania, Países Bajos y Suecia). En el trabajo participaron pacientes con Alzheimer prodrómico (a menudo referido como deterioro cognitivo leve o DCL), quienes fueron aleatorizados para recibir durante 24 meses o bien la intervención nutricional, o bien una bebida isocalórica como control.
A pesar de no lograr los objetivos primarios (mejorar los recuerdos, el aprendizaje y el conocimiento), sí se alcanzaron los objetivos secundarios, ya que los pacientes tratados con estos nutrientes tuvieron un 45 por ciento menos de empeoramiento en la progresión de la enfermedad, y se produjo una menor atrofia cerebral en el grupo activo, con una diferencia del 26% en el hipocampo y de un 16% en el volumen ventricular.
“Los resultados publicados son extremadamente valiosos en la medida en que nos acercan a comprender el impacto de las intervenciones nutricionales en la enfermedad de Alzheimer en fase prodrómica, la cual hoy podemos diagnosticar mejor, pero somos incapaces de tratarla debido a la carencia de opciones farmacéuticas aprobadas. El estudio indica que esta intervención nutricional puede ayudar a conservar el tejido cerebral, la memoria y la capacidad de los pacientes para la realización de tareas cotidianas, que posiblemente constituyen los aspectos más preocupantes de la enfermedad”, comentó la directora del ensayo clínico, Hilkka Soininen.
Este estudio es el tercero que realiza el grupo de investigación. Los dos ensayos clínicos anteriores fueron realizados en pacientes que ya habían desarrollado una demencia leve tipo Alzheimer y ambos mostraron que la ingesta diaria de la intervención nutricional durante 3 o 6 meses aumentó el rendimiento de su memoria, incrementó las medidas neurofisiológicas de actividad sináptica y aumentó la conectividad funcional del cerebro.
“Si bien esta intervención nutricional no es una cura para el Alzheimer, muestra de manera efectiva que cuanto más temprano se intervenga en el proceso de la enfermedad, mayor será el beneficio para el paciente. Es importante destacar que la reducción de la atrofia en el cerebro del paciente indica que el beneficio se extiende más allá de los efectos sintomáticos, algo nunca logrado anteriormente”, añadió el coordinador del proyecto, Tobias Hartmann.
Fuente: Europa Press (vía El Economista, España)