El Reino Unido prepara un ambicioso plan para frenar el consumo de los productos menos saludables y la obesidad infantil que en el país británico afecta ya a uno de cada tres niños. Si sigue adelante este proyecto, será ilegal vender a menores bebidas energéticas, ricas en azúcar y cafeína. A las autoridades sanitarias no les preocupa solo las calorías vacías, sino la presencia de cafeína que puede llegar a ser similar al que proporciona una taza de café por envase.
Además, los supermercados no podrán vender golosinas y bocadillos con exceso de grasa en las cajas o entradas de los supermercados, ni hacer ofertas de compra gratis con estos productos, y los alimentos menos saludables deberán incorporar un mensaje de advertencia, similar al que ya llevan las cajetillas de tabaco.
Una hora de ejercicio diario
El plan antiobesidad también prevé restringir los anuncios de comida basura en televisión e internet e incluso prohibir su emisión en horario infantil, antes de las 21 horas. El etiquetado con las calorías de los menús también será obligatorio en los restaurantes ingleses, así como en la comida para llevar.
La lucha contra el exceso de kilos también llegará a los colegios porque el Gobierno de Theresa May quiere que todos los centros educativos incluyan 60 minutos de actividad física al día.
700.000 niños obesos menos en 12 años
Con todas estas medidas se quiere reducir a la mitad las cifras de obesidad infantil. El Ministerio de Sanidad británico ha ido más lejos que nunca, después de que las medidas tomadas hace un par de años no dieran resultado. Ahora el objetivo es que sea difícil e incluso molesto comprar alimentos altos en grasa, azúcar y sal a niños y a sus familias.
«Los padres están pidiendo ayuda. A muchos padres no les gusta ver las ofertas de productos azucarados y tentempiés insanos en las cajas de los supermercados. Nuestro trabajo es ayudar a los padres para que tomen decisiones más saludables que les faciliten la vida», justificó a la BBC el ministro Jeremy Hunt. Si funciona el proyecto en los próximos 12 años habrá 700.000 niños obesos menos en 2030.
Impuestos a los refrescos
El proyecto antiobesidad se suma a otras iniciativas recientes para mantener a raya la báscula de los pequeños. El pasado mes de abril entró en vigor, por ejemplo, un nuevo impuesto que gravaba las bebidas con alto contenido de azúcar. Y la industria alimentaria también ha asumido el compromiso de luchar contra el sobrepeso de los niños, reduciendo de forma progresiva la cantidad de grasas y azúcares de pasteles, galletas y cereales.
Fuente: ABC Sociedad