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Científico francés inventa un foie gras sin alimentación forzada

Ante las crecientes críticas de los veganos contra el foie gras (paté francés típico)  y el sufrimiento animal que implica, han surgido alternativas culinarias a este manjar: desde el foie gras vegetariano hasta el foie gras sin alimentación forzada.

Los veganos y los defensores de los animales ya tienen su foie gras. Este paté francés típico de los menús de fiestas de fin de año enfrenta, desde hace algunos años, numerosas críticas de los defensores de los animales.

Elaborado mediante una técnica de alimentación forzosa de los patos y los gansos para que su hígado crezca de forma exponencial, el foie gras está prohibido en varias regiones del mundo. Países como Dinamarca, Reino Unido o Australia prohíben la producción de foie gras, pero permiten su importación, mientras que California y la Ciudad de Nueva York prohíben la venta de dicho producto.

Ante los crecientes cuestionamientos sobre el sufrimiento de los animales en la industria del foie gras, han surgido alternativas. Una marca vegana comercializa, desde hace varios años ya el “faux gras”. El nombre suena igual y el color y la consistencia son casi similares al tradicional foie gras, salvo que su fabricación solo resulta de productos vegetales como levadura, aceite de coco, almidón de papa o proteína de girasol.

Un grupo de científicos franceses afirma por su parte haber identificado las bacterias que favorecen el crecimiento acelerado del hígado de los gansos, indispensable a la producción del foie gras en cantidad industrial para las fiestas de fin de año.

Científicos al rescate

El especialista en enfermedades del Instituto de investigación pública de medicina francés (INSERM) Rémy Burcelin y su equipo, identificaron el papel de la flora intestinal en pacientes que padecen obesidad, diabetes e hígado graso. “Burcelin testeó el proceso en los animales y las pruebas fueron satisfactorias. El investigador puso un criadero experimental de gansos en el Perigord”, relata el diario francés Les Echos.

El equipo de científicos reactivó un proceso natural de los gansos que se alimentan frenéticamente antes de su migración anual. “Esta alimentación modifica la flora intestinal y los fermentos favorecen la acumulación de grasa en el hígado”, explicó el científico a Les Echos.

Su equipo, bautizado Aviwell, logró identificar y seleccionar las bacterias que facilitan la transformación del maíz en hígado graso y alimentaron a los bebés gansos con dosis ínfimas de estos fermentos para activar el fenómeno natural del hígado graso.

El equipo de científicos planea ahora exportar sus productos a los países que prohíben la alimentación forzada de los animales.

Fuente: RFI

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