Los autores del fraude generalizado que ha sufrido el aceite de oliva en los últimos años no lo tendrán tan fácil a partir de ahora. El Consejo de Ministros acaba de aprobar un decreto relacionado con las normas de calidad del aceite de oliva y de orujo de oliva, que pretende revalorizar este producto pilar en la alimentación de los españoles, al igual que en su economía.
Este decreto, que es una actualización de una normativa de 1983, establece determinadas obligaciones de los operadores del sector en cuanto a las instalaciones, prácticas no permitidas, los documentos de acompañamiento y la trazabilidad de los productos.
Por tanto, deben respetarlo todas las personas físicas o jurídicas que participen en cualquiera de las etapas de la producción y comercialización de los aceites de oliva y de orujo de oliva.
Este recoge una serie de requisitos sobre trazabilidad, elaboración y envasado del producto, y tiene como objetivo situar al aceite de oliva como el de “mayor calidad a nivel mundial y con las máximas garantías en todo el proceso de elaboración”, ha señalado el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) en un comunicado.
Así, se prohíbe que los términos “virgen” y “virgen extra” se utilicen en otras grasas vegetales del mercado español que no sean aceite de oliva. Y se refuerza la prohibición de mezclar aceite de oliva con otros aceites.
Como consecuencia, los alimentos que lleven aceite de oliva en su composición no podrán destacar este aspecto, cosa que es bastante habitual, ya que muchos fabricantes lo usan como reclamo publicitario. En cambio, sí podrá señalarse en el listado de ingredientes.
La técnica de refrescado, que consiste en mezclar aceite de oliva con otros aceites de campañas anteriores con el objetivo de mejorar las cualidades organolépticas del producto, tampoco estará permitida.
Además, el sector del aceite contará con un plan nacional específico de control de trazabilidad que coordinará el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Se publicarán informes de resultados de los controles de conformidad y de trazabilidad del producto para lograr una mayor transparencia, y está prevista la creación de un sistema informático de control del aceite de oliva.
España es el primer productor y exportador mundial de aceite de oliva. El olivar y el aceite de oliva conforman un sector de gran relevancia económica, social y comercial en nuestro país y en los mercados internacionales, con una demanda en constante crecimiento.
Fuente: La Vanguardia