Motivados por la conciencia ambiental, el bienestar animal y la salud, cada vez más consumidores prefieren alimentos de origen vegetal. Las legumbres tienen el primer lugar.
El consumo de proteínas alternativas a la carne es una tendencia que suma adeptos en todas partes del mundo. En su mayoría los argentinos están motivados por la conciencia ambiental, el bienestar animal y la salud. Además, poseen un marcado interés por saber qué contienen y cómo fueron obtenidos los productos que ponen en su mesa.
Más informados y exigentes, los consumidores tienden a evitar alimentos con ingredientes o aditivos sintéticos en exceso y demandan aquellos saludables, nutritivos y con etiquetado limpio.
Para Trinidad Soteras, investigadora del Instituto de Tecnología de Alimentos del INTA Castelar, “a escala global, existe una demanda creciente de consumidores que buscan productos alternativos a la carne motivados, principalmente, por aspectos ambientales, nutricionales y relacionados con la conciencia animal. Aunque, también, exigen variedad y buen sabor”.
Un estudio de la Dirección Nacional de Alimentos y Bebidas del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca confirmó que se consolida una tendencia hacia la búsqueda de productos sustitutivos de la carne. Entre los alimentos emergentes, se destacan las legumbres, semillas, granos y cereales ancestrales o cultivos andinos y los frutos secos. En esta línea, aseguran que se trata de “una oportunidad para emprender con éxito”.
Gabriel Prieto –referente del INTA en cultivos de invierno– dio un paso más y reconoció: “Desde mediados de 2019 vemos una tendencia creciente y sostenida en nuestro país”, reconoció el especialista de Arroyo Seco, Santa Fe, quien confirmó que “la demanda aumentó significativamente”.
A la tendencia global de alimentación saludable, se suman factores tales como un menor precio de las legumbres frente a los productos cárnicos, el mayor rendimiento culinario y su fácil conservación.
Una reciente encuesta sobre los hábitos de los consumidores realizada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) mostró que un tercio de los consultados declaró haber reducido la proporción de carnes en la alimentación, lo que lo amplía el margen de habitantes dentro de la categoría de flexitarianos.
Para Soteras “La necesidad de disponer de alimentos de calidad para una población en expansión sumada a la imperante necesidad mundial de lograr que las cadenas de valor sean más sostenibles, hace que las proteínas provenientes de fuentes distintas de los animales entren en escena con fuerza, solas o en combinación con la carne”.
En este sentido, consideró que “los cambios de hábito en la alimentación representan un desafío”, dada la necesidad de disponer de alimentos de calidad para una población en expansión sumada a la imperante necesidad mundial de lograr que las cadenas de valor sean más sostenibles, hace que las proteínas provenientes de fuentes distintas de las animales entren en escena con fuerza, solas o en combinación con carne”.
Según la investigadora del INTA, “es indiscutible que los paradigmas de la alimentación se encuentran en plena transformación y los esfuerzos de la industria de análogos están enfocados en reducir al mínimo la brecha entre el gusto, la textura y la experiencia de comer carne con aquella experimentada al consumir sus análogos libres de carne”.
Fuente: El Diario de la República