Hace mucho tiempo que las bebidas vegetales generan polémica entre aquellos que las llaman “leche” y los que defienden todo lo contrario. En Estados Unidos han decidido poner fin a esta larga batalla entre la industria láctea y los brebajes de base vegetal. Las bebidas de soya, avena y almendras podrán mantener la palabra “leche” en sus nombres y envases, según ha comunicado la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), aunque deberán indicar las diferencias nutricionales con la leche de origen animal en el etiquetado.
La mayoría de los consumidores, señala la organización en su borrador de propuesta, saben que los extractos líquidos de plantas no tienen relación alguna con la leche animal. La información se obtiene a partir de una consulta realizada por la FDA en la que recibieron más de 13,000 comentarios. Esta investigación permitió determinar que existe la conciencia general de que las bebidas vegetales no contienen leche y que, precisamente, los clientes la compran porque no lo son.
El debate comenzó hace cuatro décadas con la introducción al mercado de las bebidas a base de soya. En los últimos años, ha ido tomando una mayor dimensión con la aparición de varias opciones elaboradas a partir de avena, arroz, nueces, anacardos, castañas, avellanas, y muchísimas otras. La incorporación de estas bebidas a dietas saludables, pero también su consumo por parte de aquellos intolerantes a la lactosa o veganos, ha hecho que algunos productos como la “leche” de avena disfruten de un sólido crecimiento, mientras la ingesta de leche ha tenido una trayectoria descendente durante décadas.
Pese a permitir llamarlas “leche”, la FDA señala la posibilidad de que muchos consumidores no estén al tanto de las diferencias nutricionales entre la leche y los productos clasificados como bebidas vegetales. Por ejemplo, las bebidas a base de almendras o avena pueden contener calcio y consumirse como fuente de ella, pero su contenido nutricional general no es similar al de la leche de vaca.
Por este motivo, el organismo ha hecho una concesión ante la presión y el rechazo de la decisión por parte de los productores tradicionales de leche. A pesar de poder ser consideradas como tal, la recomendación preliminar es que las bebidas de origen vegetal indiquen de forma clara en sus envases las diferencias nutricionales entre sus productos y la leche de vaca, a modo de comparación. Si un cartón de leche de arroz contiene menos vitamina D o calcio que la leche animal, por ejemplo, la etiqueta deberá proporcionar esa información a los consumidores.
“Las etiquetas de los alimentos son una forma importante de apoyar el comportamiento del consumidor”, expresa la FDA en el borrador, por lo que “animamos a expresar los valores nutricionales de forma voluntaria para ayudar a los clientes a tomar decisiones informadas”.
Los fabricantes de bebidas de avena, soja o almendras de Estados Unidos han aplaudido la consideración de “leche” a sus productos, pero no vieron con tan buenos ojos tener que comparar sus productos con la leche de vaca en los envases. Aunque las recomendaciones de etiquetado se describen como voluntarias, la agencia planea emitir una decisión final después de otro período de consulta.
Los alimentos lácteos están recomendados por las guías alimentarias como parte de un patrón de alimentación saludable y contribuyen con múltiples nutrientes clave, como proteínas y vitaminas A y B-12, además de calcio, potasio y vitamina D, que actualmente “no se consumen en cantidades adecuadas”.
Estas guías solo incluyen bebidas de soya fortificadas en el grupo de productos lácteos, ya que su composición nutritiva es similar a la de la leche. Sin embargo, los componentes de las leches de origen vegetal varían ampliamente entre distintos tipos de bebida y, según la entidad, muchas de ellas no contienen los mismos nutrientes fundamentales que la leche de vaca.
El informe emitido no se aplica a otros productos de origen vegetal alternativos a los lácteos, como el queso plant-based o los yogures. La FDA se encuentra en proceso de desarrollar un borrador de guía para abordar el etiquetado y el nombre de otros productos alternativos hechos a base de plantas.
Fuente: La Vanguardia