Las naranjas, las mandarinas y otras frutas cítricas pueden tener una vida mucho más larga de lo imaginable. Su existencia no se limita exclusivamente a la alimentación, y no tiene, ni mucho menos, porqué terminar en un cubo de basura. Las cáscaras y la pulpa, es decir, los residuos cítricos, pueden transformarse en materia prima esencial para desarrollar nuevos productos sostenibles. Por ejemplo, esos residuos pueden convertirse en botellas de jugo destinadas a albergar el jugo de un nuevo cítrico, e incluso en la base estrella de una crema hidratante 100% natural para el rostro.
Enmarcado en la Estrategia Europa 2020 de la Comisión Europea, el proyecto Citruspack, tras años de ambiciosa investigación -que concluye esta semana- ha logrado desarrollar tres prototipos de bioproductos que revolucionarán la industria del embalaje (más conocido como packaging) y la cosmética: una botella de jugo (biobotella), un tarro cosmético (biotarro) y una crema facial hidratante. Todo ello, a partir del residuo cítrico. En el proyecto se han involucrado varios centros tecnológicos, laboratorios y empresas de hasta cinco países distintos (España, Grecia, Eslovenia, Francia, Bélgica). Entre ellos, el centro tecnológico zaragozano AITIIP, coordinador del proyecto, el grupo murciano AMC, Eroski, y los socios internacionales Teco, OWS, Plastipolis Y Olvetia.
En una primera fase de la investigación, se creó un material bioplástico (sin base de petróleo), que fue aditivado (mezclado) con fibra natural procedente de la cáscara y la pulpa de frutas cítricas. Con ese material, después, se elaboró la estructura de la botella y el tarro, obteniendo, además, el “check” de validación de compostabilidad industrial que marcan los parámetros europeos.
Otra de las fases del proyecto se centró en desarrollar, a partir de polvo de cítrico y aceites esenciales, hasta cinco formulaciones distintas de mascarillas hidratantes y cremas faciales, cuyas propiedades físico-químicas también han sido validadas por los estándares de la industria cosmética.
Biobotellas y biotarros, una solución sostenible
Actualmente, solo en España, se generan cientos de miles de toneladas de desechos cítricos que no dejan de contar con un alto potencial de aprovechamiento. Gran parte de ese residuo se emplea como alimento para ganado, pero su rápida fermentación lo convierte en un problema ambiental. Además, debido a su alto contenido de humedad, el transporte de residuos es muy costoso, creando, también, un problema logístico.
Por otro lado, el impacto ambiental derivado de la generación masiva de residuos plásticos y el tratamiento nocivo que se hace de ellos, ha activado todas las alarmas a escala global. El aumento del uso de polímeros sintéticos ha generado problemas ecológicos por su carácter no biodegradable y su origen fósil no renovable. Citruspack contribuye a cerrar el ciclo, ofreciendo alternativas sostenibles que favorecen un comportamiento más responsable dentro del ámbito de la agricultura y el consumo, contribuyendo, por tanto, beneficiosamente al conjunto de la sociedad.
En definitiva, el proyecto Citruspack propone a la Economía Circular como solución transversal al problema medioambiental. Una sostenibilidad que se materializa en los productos de envases o cremas hidratantes que han logrado ser desarrollados a partir de residuos de frutas cítricas, y que configuran por sí mismos el ciclo completo de esa Economía Circular. Al mismo tiempo, mejora las oportunidades de mercado para los agricultores y productores, gracias a la diversificación de los residuos dentro de una nueva cadena de valor.
Fuente: Interempresas