Un equipo norteamericano de investigación descubre la existencia de receptores de moléculas aromáticas en la lengua, lo cual puede contribuir a la percepción de sabores.
¿No te has preguntado por qué cuando tenemos gripe es tan difícil sentir el sabor de los alimentos? Esto se debe a que un componente importante de esta cadena de detección se halla afectado: el olfato.
Existen más de 400 receptores olfatorios funcionales en los seres humanos, en su mayoría en el tejido nasal. Se cree que la información que provee esta vía sensorial y la del sentido del gusto, es integrada en la ínsula anterior del cerebro para crear una gama múltiple de sabores.
Pero ¿qué pasaría si no fuera así? Un equipo del Monell Chemical Senses Center (Estados Unidos) examina por primera vez la posibilidad de que existan receptores olfatorios funcionales expresados en células receptoras del gusto en la lengua de seres humanos.
Un resultado novedoso: nueva función olfatoria de la lengua
El estudio fue realizado mediante el análisis de la funcionalidad de papilas gustativas de humanos y ratones transgénicos. Las células fueron obtenidas a partir de muestras de tejidos, y cultivadas en el laboratorio a través de una solución creada en el centro de investigaciones.
Se les aplicó fluorescencia, técnicas inmunocitoquímicas y el método de PCR-transcripción reversa cuantitativa para determinar su reactividad en función a estímulos aromáticos y la presencia de ciertas proteínas y genes relacionados con los receptores olfatorios.
De acuerdo con Malik y sus colaboradores tanto las papilas humanas como las de los ratones respondieron a los olores.
El bloqueo de determinados componentes importantes en la vía olfatoria, como la adenilil ciclasa III, eliminó dichas respuestas. Esta evidencia demuestra la presencia de receptores olfatorios funcionales en las células gustativas de la lengua de ratones y humanos.
La integración del olfato y el gusto podría ocurrir desde la lengua
El artículo publicado en la revista Chemical Senses contradice las evidencias encontradas hasta el momento de que las vías olfatoria y gustativa se encuentran separadas. De hecho, el nuevo estudio sugiere que la integración de estos sentidos puede ocurrir desde la lengua.
Se necesitan nuevos estudios para continuar profundizando en este tema y determinar cómo ocurre esta interacción y si puede variar según el tipo de alimentación. En el futuro podría ser viable el desarrollo de modificadores del gusto basado en el olfato para controlar diferentes trastornos alimenticios.
Fuente: Info TITI