Según un estudio publicado recientemente en la revista científica Matter, la cerveza sabe mejor cuando se sirve muy fría.
Investigadores de la Academia de Ciencias de China descubrieron que las bebidas alcohólicas saben más o menos a “etanol” a diferentes temperaturas. El equipo descubrió que la temperatura del líquido cambia la forma en que se forman el agua y el etanol (o alcohol), creando grupos en forma de cadena o de pirámide a nivel molecular, lo que a su vez afecta el sabor de la bebida.
Concentraciones de alcohol
En concentraciones bajas, el alcohol forma estructuras más piramidales alrededor de las moléculas de agua. En concentraciones más altas, el alcohol comienza a organizarse en cadena.
Específicamente, hubo un aumento notable en las estructuras en forma de cadena en bebidas con entre 5% y 11% de alcohol cuando se sirven a 41°F, como la cerveza.
Normalmente, las cervezas light tienen entre un 4% y un 5% de alcohol, mientras que las cervezas normales tienen entre un 5% y un 6%. Mientras tanto, las cervezas artesanales pueden variar, por lo general contienen entre un 6% y un 10%.
“A baja temperatura, los grupos tetraédricos (en forma de pirámide) se convierten en la cantidad de baja concentración”, dijo en un comunicado el autor principal y científico de materiales Lei Jiang.
“Por eso bebemos cerveza fría”. La conveniencia de tomar una caja de cerveza fría no es la única etiqueta sobre el alcohol que los investigadores han cuestionado.
Mantras
Los científicos también probaron mantras antiguos cantados por hermanos de fraternidad durante décadas: “Licor antes que cerveza, estás a salvo” y “Licor antes que cerveza, no temas”.
Desafortunadamente para aquellos que quieren tomar un trago y luego beber una cerveza, el orden en que se consumen los diferentes alcoholes no previene la resaca; de hecho, la mayoría de los llamados remedios no lo hacen.
“Un solo trago de alcohol es suficiente para provocar resaca en algunas personas, mientras que otras pueden beber mucho y escapar de la resaca por completo”, dijo Sandra Arévalo, portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética que no estuvo afiliada al estudio.
¿Y la resaca?
En general, los expertos en embriaguez coinciden en que la intensidad de la resaca está determinada más por el volumen de salsa que se bebe y la velocidad a la que se consume.
No importa qué tan bien sepa una cerveza helada, el alcohol puede causar deshidratación, falta de sueño, dolores de cabeza, palpitaciones, problemas estomacales, náuseas y vómitos, así como inflamación del hígado, páncreas, cerebro, tracto gastrointestinal y otros órganos como el El cuerpo lucha por eliminar las toxinas y recuperar los nutrientes.
Fuente: Metro (PR)