Barcelona acogió los días 22 y 23 de marzo la I Cumbre Internacional Agroalimentaria. Organizada por la Fundación INCYDE de las Cámaras de Comercio Españolas, la Fundación Dieta Mediterránea y la Fundación Triptolemos, el evento reunió a 4,000 asistentes que escucharon a 800 ponentes de más de 25 países hablar sobre el modelo de circularidad alimentaria, la ciencia y la tecnología para buscar y encontrar consensos y soluciones creativas para los retos actuales y de futuro del sector agroalimentario.
El incremento de la población mundial, la aceleración del cambio climático y la guerra de Ucrania están poniendo contra las cuerdas al sistema agroalimentario global, que tiene como reto producir más con menos a pesar de todas las tensiones. Así se puso de manifiesto durante la I Cumbre Internacional Agroalimentaria, que contó con las principales voces autorizadas del sector para destacar su relevancia en un contexto de incertidumbre.
José Luis Bonet, presidente de la Fundación INCYDE de las Cámaras de Comercio Españolas; Francisco Martínez Arroyo, presidente de la Fundación Dieta Mediterránea; y José Pío Beltrán, presidente de la Fundación Triptolemos, protagonizaron el arranque de un encuentro que reunió a 800 ponentes de más de 25 países.
Bonet incidió en el sector agroalimentario español “como dinamizador social, generador de empleo, crecimiento e innovación”. Así, señaló que “en 2021 empleó a 2.3 millones de personas”. Bonet puso el acento en “el innegable valor estratégico del sector desde el punto de vista económico, así como por sus implicaciones sociales y medioambientales”. Por ello, entiende que “el sector debe adaptarse a un nuevo contexto de incertidumbre y de constante cambio y dar respuesta a los desafíos del futuro”. Finalmente, reivindicó “la importancia de esta Cumbre como un paso hacia adelante para lograr estos objetivos”.
Tras él, Francisco Martínez Arroyo, presidente de la Fundación Dieta Mediterránea, dijo que “lo que nos une en nuestro país es lo que comemos, lo que se apoya en lo que somos y la dieta mediterránea nos une a todos”. A su vez, José Pío Beltrán, presidente de la Fundación Triptolemos, subrayó la importancia de “contribuir a que todo el mundo tenga acceso a los alimentos que necesita, siendo capaces de producir alimentos de forma sostenible en un contexto como el actual”.
Por su lado, el Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, Luis Planas, avanzó que “en los últimos 12 meses, España ha realizado exportaciones por valor de 68,000 millones, con lo que se sitúa como cuarto país exportador del mundo, reflejo de su solidez y modernidad”. Entre los desafíos a los que se enfrenta el sector, el Ministro destacó “la necesidad de impulsar sistemas sostenibles de economía circular, el relevo generacional para incorporar capital humano a un sector que tiene futuro como generador de empleo y de riqueza y la necesidad de abordar la innovación y la digitalización”.
En su intervención, el Comisario Europeo de Agricultura y Desarrollo Rural, Janusz Wojciechowski, enfatizó que “desde la Unión Europea, pretendemos liderar el fomento de sistemas alimentarios justos y sostenibles mediante acciones de estrategia de la granja a la mesa”. A su vez, subrayó que “la Comisión Europea ha fijado grandes ambiciones políticas para fortalecer nuestros sistemas alimentarios. Sin embargo, las ambiciones políticas no bastan, lo que importa es cómo convertimos estas ambiciones en acciones, y esto implica un trabajo compartido en toda la sociedad”.
Población, clima y Ucrania: el sistema agroalimentario contra las cuerdas
La diputada del parlamento de Ucrania, Olha Vasylevka, participó por teleconferencia y recordó que antes de la invasión rusa, su país era un “socio fiable“ y un gran exportador, especialmente de grano. Hace ya más de un año que los ucranianos han tenido que buscar referentes y rutas alternativas y reponerse a actos como la destrucción de campos, de pantanos, de almacenes e incluso el robo de alimentos: ”La invasión de Rusia ha trastornado toda la producción agrícola”, sentenció, “con alternativas que están funcionando, como el paso de mercancías por el Mar Negro”.
Vasylevka aprovechó su intervención para agradecer la solidaridad de la Unión Europea y para pedir inversiones en Ucrania “incluso durante la guerra”, para restaurar su sistema y volver a ayudar a alimentar el planeta “lo antes posible”.
Además de Ucrania, 800 millones de personas tienen hambre en el mundo, según se puso de relieve en las primeras intervenciones. Así, durante la primera mesa, y con el título ‘El Mundo bajo el sistema agroalimentario global’, el ministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay, Santiago Bertoni, apeló a la necesidad de un sistema equilibrado y justo, pues ningún país es autosuficiente en materia de soberanía alimentaria. Y lamentó que la agricultura está puesta en el “banquillo de los acusados“ como causante del cambio climático, cuando con los enfoques” justos y basados pueden ayudar a resolver el problema, siempre incorporando al agricultor en el debate y las discusiones”.
El exMinistro de producción y trabajo de Argentina, Dante Sica, precisó que su país tiene mucho para aportar al desafío global por diferentes motivos. Entre ellos, destacó su extensión y sus amplias zonas cultivadas –libres de deforestación–, que se encuentran entre los primeros lugares de aporte a la producción global al estar ubicadas en una zona fuera de conflictos, por su innovación en materias como la siembra directa y, por último, por su polo como exportación de maquinaria agrícola.
Por su parte, el asesor principal de estrategia de desarrollo organizacional de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Porto, explicó que todos los motivos que más afectan a los sistemas alimentarios son los problemas geopolíticos, los costos empresariales, los desastres climáticos, las crisis financieras y los asuntos sanitarios: “Y todos coincidieron en los últimos 5 años”. Al tratarse de sistemas afectados por estos shocks, aboga por crear sistemas más resilientes tras identificar sus vulnerabilidades.
La subida de los precios de los alimentos dispara su reciclaje
En España se pierden 1,300 millones de litros y kilos de alimentos al año y, en el planeta, la producción alimentaria que se tira genera un 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Así, el 42% de los alimentos desechados en España procede de los hogares, lo que implica que cada español tira a la basura una media de 31 kilogramos de comida.
En este sentido, el Director General de la Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación en España, José Miguel Herrero, aseguró que “un tercio de la producción alimentaria en España no llega a consumirse”, según datos de la Unión Europea. Para prevenir esta situación, los expertos abogan por la concienciación social. “Aún con todo, la tendencia de alimentos desechados es descendente. Existe una correlación entre la subida de la inflación y la disminución de los desperdicios. Siempre decimos que tiramos lo que no valoramos, y la subida en los precios ha impulsado el valor que como sociedad damos a los alimentos”, indicó.
En este sentido, Herrero se mostró confiado en que la ley de desperdicio alimentario española esté definitivamente aprobada antes del verano, lo que convertirá a España en el tercer país europeo en contar con una normativa de este tipo.
En Catalunya sí hay una ley ya aprobada, que se encuentra en su desarrollo reglamentario, que establece planes de aprovechamiento y balance de pérdidas y desperdicios, tal y como informó el secretari d’Alimentació del Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya, Carmel Mòdol. El secretari hizo hincapié en que “dedicamos más al ocio que a la alimentación” y subrayó la necesidad de concienciar a la población, ya que “si no cuidamos la producción de nuestros alimentos, llegará el día en el que los echemos en falta. Tenemos que reflexionar y utilizar los recursos de una forma racional”.
En el terreno empresarial, el coloquio contó también con la participación de Mette Lykke, CEO de Too Good to Go, aplicación que evita el desperdicio de alimentos, quien resaltó que “debemos dotar a las personas y a las empresas de las herramientas necesarias para reducir el desperdicio. Tenemos que centrarnos en soluciones tangibles, ya que impulsar el cambio consiste en modificar nuestros hábitos de vida, la forma en que tratamos los alimentos y el respeto que les tenemos, como empresas y como personas”.
Por su parte, Gloria Martí, responsable de Sostenibilidad y Medioambiente del Grupo Freixenet, recalcó que “el reto al que nos enfrentamos es el tiempo que tienen las industrias para adaptarse a este tsunami normativo al que nos enfrentamos. Es importante hacer frente a esta transición de manera conjunta y global”.
En España, es necesario impulsar proyectos culinarios basados en alimentos frescos y de proximidad para concienciar sobre las consecuencias de los desechos. Nikoletta Theodoridi, cocinera y fundadora de sObres Mestres, un proyecto que sigue esos mismos objetivos, puso el énfasis en “la importancia de llevar a cabo iniciativas anti-desperdicios, creando alianzas y acuerdos con supermercados, agricultores y productores para recuperar lo que no se ha podido vender, y reutilizarlo, por ejemplo, en talleres de cocina”.
Transición energética: hacia un cambio cultural
En una de las mesas de debate, centrada en la transición energética, el exMinistro y presidente ejecutivo de Agro Capital, Luis Atienza, señaló que tanto la energía fotovoltaica como la eólica son las “ganadoras” para afrontar el desafío de ir reduciendo la dependencia de las fósiles. Advirtió, no obstante, del conflicto en el que puede entrar la energía eólica con la propia producción agroalimentaria, pues las plantas necesitan terreno y suelo.
Por su parte, el investigador del CSIC Antonio Muriel señaló que la solución que se están proponiendo para la transición energética “tiene limitaciones”, como la escasez de materiales, por lo que las grandes compañías del sector están perdiendo mucho dinero. “Hay que plantearse el descenso del consumo de energía, un debate que se está posponiendo y que va a ser necesario. La tecnología puede aportar algo, pero no es el foco, la gran solución tiene que venir de un cambio social y cultural”, puntualizó.
Los expertos alertan del impacto de las fake news alimentarias en jóvenes
La desinformación y las fake news en materia de alimentación son especialmente preocupantes cuando se dirigen a los “más vulnerables”, como la población adolescente.
En una mesa sobre los problemas que pueden derivar de informaciones falsas o sesgadas de nutrición o alimentación, el investigador del CSIC y Catedrático de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), José Miguel Mulet, explicó que los más dañinos son los que se dirigen a quienes tienen menos elementos de juicio: “Los trastornos de conducta alimentaria se disparan”, lamentó, en una realidad con nuevos canales de información como las redes sociales donde determinados nutricionistas lanzan “mensajes sectarios”. En algún momento “hay que meter mano desde el punto de vista de la regulación”, espetó, pues “no es libertad de expresión, sino que puede convertirse en un atentado contra la salud pública”.
Coincidió con él la Catedrática de Nutrición y Bromatología y directora del Campus de la Alimentación de Torribera de la Universidad de Barcelona, María del Carmen Vidal, quien señaló que no se “entiende el miramiento que se tiene con las etiquetas de los alimentos, mientras se permite decir bobadas que competen a la salud”. En su alocución, también hizo hincapié en la importancia de la educación, en todos los niveles, especialmente para transmitir que “la tecnología alimentaria no es un enemigo, sino un aliado para conseguir alimentos más seguros y saludables”.
Por su parte, el presidente de la Confederación de Consumidores y Usuarios, Fernando Móner, llamó la atención sobre la dificultad de legislar en materias digitales como el control de los mensajes en las redes sociales. Aportó datos de conexión y uso de estas herramientas que dibujan a los jóvenes españoles hiperconectados a las redes pero a modo de “oyentes”. Así, según el estudio citado, mientras el 86% reconoce tener perfil en más de una red social y conectarse al menos tres veces al día, sólo el 6% admite compartir publicaciones, por lo que “son personas pasivas que escuchan a otros dar mensajes”.
Reflexión y debate para avanzar en soluciones en todos los países
En su segunda jornada, la I Cumbre Internacional Agroalimentaria contó con la participación de Pere Aragonès, President de la Generalitat de Catalunya, quien resaltó que “esta Cumbre pone a Barcelona en el centro del mundo”. El President puso el acento en “la importancia de los debates que entrelazan el futuro del sector con la necesidad de alimentar a una población creciente y de hacerlo bien, desde las ópticas de la salud, la calidad de vida y la sostenibilidad”. Insistió en que “la Cumbre ha nacido con el firme objetivo de poner de acuerdo a todos los sectores para que unan fuerzas con el fin de transformar un sector estratégico. Si Cataluña es transformadora, próspera y ofrece calidad de vida es gracias al potencial de su sector agroindustrial y hay que entender que el progreso pasa por este sector que brinda grandes oportunidades”. Finalmente, defendió que “esta Cumbre debe tener continuidad para unir fuerzas y generar más prosperidad para todos”.
Y es que la población mundial crece a un ritmo vertiginoso y supera ya los 8.000 millones de personas, mientras que el efecto del cambio climático reduce el suelo disponible, obliga a reducir las emisiones y a cambiar los sistemas alimentarios, es decir, hay que producir más con menos.
Consciente de este reto, la cumbre contó con un debate de Geopolítica y Sistemas Alimentarios que cobró protagonismo al trasladar la conversación al terreno internacional. La seguridad alimentaria se ha convertido en una cuestión estratégica en la agenda internacional en la que África y Latinoamérica se presentan como grandes atractivos por ser lugares en los que se puede lograr el incremento de las producciones que se necesita.
José Luis Bonet destacó que “es crítica la alimentación en todos los países del mundo, y de aquí en adelante habrá que reflexionar”. Además, añadió que “sólo desde la colaboración público-privada podemos apoyar a un sector que nos da un posicionamiento privilegiado en el mundo”. En esta línea, remarcó que la guerra en Ucrania “ha agudizado las tensiones en un planeta con mucha desigualdad alimentaria y ha descoyuntado la situación marcando la nueva geopolítica”. Por ello, instó a los aliados EE UU y Europa a “buscarse la vida “en África y en Latinoamérica, donde Rusia y China ya están presentes, pero donde España puede tener ”una posición clave” –por la tradición histórica con América Latina y por la cercanía geográfica con África–.
Por su parte, José Pío Beltrán, presidente de la Fundación Triptolemos, incidió en que “es necesario abordar los problemas desde una visión de sistema” y añadió que “solamente encontraremos las soluciones con investigación y tecnología”. Asimismo, puso de manifiesto la necesidad de poner cifras a la sostenibilidad y advirtió del riesgo de “las dobles dietas, en función de quien pueda pagar una u otra”. En su opinión, “tenemos que hacer un esfuerzo por casar lo sostenible y lo competitivo”.
Vicente Lunar, Oficial de Intendencia del Ejército de Tierra y diplomado de Estado Mayor, compartió que Ucrania ha agravado “los males“ y que es el momento de mirar a África, ”un continente fallido donde no se ha producido la revolución agrícola en muchos países”, y Latinoamérica, pues “tiene potencial para producir más”. No obstante, alertó de la revolución demográfica que se prevé en África –que pasará de tener 220 millones de habitantes a 500 en apenas dos décadas– y de que China y Rusia “están expulsando” a los aliados de estos territorios donde se realizaban misiones de estabilización. Sobre la evolución, indicó que también será muy interesante saber qué postura adopta India en este tablero geopolítico, pues se encuentra también entre los países más poblados del mundo.
Precisamente su embajador en España, Dinesh k. Patnaik, llamó la atención sobre las medidas “proteccionistas“ que asumen algunos países en materia alimentaria y el funcionamiento especulativo con el que funcionan los mercados internacionales: ”El futuro del mundo pasa por que la gente pueda comer”, sentenció.
Bisila Bokoko, CEO y fundadora de BBES International, moderó el debate sobre Geopolítica destacando “la seguridad alimentaria, la salud y la sostenibilidad como ejes”. En el debate participó también Loretta Sánchez, directora de Datamática y exCongresista de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, quien expuso cómo trabajan la nueva realidad climática en California.
Otra de las mesas redondas versó sobre los retos de la producción agrícola, ganadera y pesquera europea ante el reto del Pacto Verde. En este foro, el presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde, explicó que, ante un problema global, la soluciones no pueden ser parciales y partir solo de Europa, sino que tienen que tener un enfoque mundial: “Europa es una gota en un océano”, dijo, “por lo que la aplicación de este Pacto Verde puede conllevar una reducción en la producción y, por ende, una mayor dependencia externa”.
Por su parte, el secretario General de la Federación Europea de Productores de Acuicultura (FEAP), Javier Ojeda, apuntó que “la letra del Green Deal es buena, pero el ritmo no”, lo que puede conllevar a que “Europa corra riesgos políticos y sociales importantes”.
Fuente: Interempresas