Los fabricantes del famoso queso italiano parmesano reggiano están implantando microchips comestibles del tamaño de un grano de arena en sus productos para combatir a los falsificadores, informó este jueves The Wall Street Journal.
Los chips son de silicio y se colocan en las cubiertas de todas las ruedas de queso —que pesan unos 40 kilos cada una—, pudiendo ser escaneados para obtener un número de serie único que los compradores pueden utilizar para asegurarse de que el producto que han adquirido es auténtico.
Estos dispositivos utilizan tecnología de cadena de bloques y rastrean la rueda de queso hasta el lugar de procedencia de la leche utilizada. No obstante, no pueden leerse a distancia ni utilizarse para rastrear a alguien en el caso de que sean ingeridos.
“Continuamos luchando con nuevos métodos, no nos rendiremos”, declaró al diario Alberto Pecorari, encargado de proteger la autenticidad del producto para un grupo que representa a los fabricantes de parmesano reggiano.
Este queso, que está protegido oficialmente por la Unión Europea, se elabora en la región de Emilia-Romaña, al norte de Italia, siguiendo una serie de normas y de técnicas de producción específicas, debiendo madurar durante al menos un año.
Dada su reputación a escala mundial, puede venderse a un precio más elevado que el queso etiquetado simplemente como ‘parmesano’, que suele ser una imitación del original y se vende de forma habitual en EE.UU. De hecho, este queso es uno de los más falsificados del mundo.
Se calcula que las ventas mundiales anuales de queso falsificado rondan los 2,000 millones de dólares, no muy lejos de las del producto auténtico, cuya industria alcanzó el año pasado la cifra récord de 3,151 millones de dólares.
Fuente: Actualidad RT