Expertos del Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC) e investigadores del ETH Zürich, llevaron a cabo un estudio para comprender cómo influyen en los consumidores o cómo condicionan la percepción que tienen de los productos alimenticios las etiquetas alimentarias que informan de la ausencia de gluten, transgénicos, lactosa, aceite de palma, etcétera. Según los resultados, los productos que portan este tipo de etiquetas se perciben como más saludables que los que no la llevan, pero además, dentro de este segmento de productos etiquetados “sin” se perciben todavía como más saludables los alimentos con etiquetas “sin transgénicos” o “sin aceite de palma” en específico.
En este estudio participaron 1,950 consumidores de cuatro países europeos (Reino Unido, Suecia, Polonia y Francia) a los que se les realizó una encuesta online con preguntas relacionadas con el interés general de la salud, los conocimientos nutricionales, la confianza que tenían en la industria alimentaria, las preferencias por la naturalidad de los alimentos y qué información buscaban en los envases de los productos que suelen adquirir en el supermercado.
Posteriormente, se mostraron imágenes a los consumidores que eran de productos alimenticios con y sin etiquetas “sin”, segmentados en diferentes grupos alimentarios y que estaban disponibles comercialmente en su país de origen. En el caso de los productos “libres de” se mostró leche, queso y yogurt con el mensaje “sin lactosa”; pasta, pan y galletas con el mensaje “sin gluten”; chocolate, maíz y aceite con el mensaje “sin transgénicos”; y crema de chocolate para untar, margarina y chocolate con el mensaje “sin aceite de palma”.
Los investigadores comentan que existen diferencias en la percepción según el país; por ejemplo, los participantes polacos y franceses consideraban que los productos con la etiqueta “sin transgénicos” eran más saludables, percepción que no era tan notoria entre los participantes del Reino Unido y Suecia. En el caso de los productos “sin gluten”, los consumidores polacos consideraron más positivos y saludables estos productos que los consumidores de los otros tres países, todos de Europa.
En el caso de los mensajes “sin aceite de palma” y “sin transgénicos”, los consumidores franceses fueron los más receptivos considerándolos más saludables, esto es algo que los investigadores ya esperaban considerando que quizá influía en ello la política del gobierno del país, ya que existe un debate público y una cobertura informativa negativa en los medios de comunicación sobre el aceite de palma y los ingredientes transgénicos.
Alimentos libres de…
Recordemos, por ejemplo, que en 2015 la Ministra de Ecología de Francia, Ségolène Royal, pedía a los consumidores que dejaran de consumir Nutella para salvar al planeta, producto que fue atacado por la ministra por su relación con el aceite de palma, un ingrediente asociado con la deforestación del planeta; tiempo después ofreció disculpas al respecto. Los expertos consideran que la regulación restrictiva de los transgénicos y la carga fiscal en el aceite de palma en Francia podrían estar impulsando la imagen negativa de estos ingredientes entre la población.
Por edades también se aprecian diferencias, los encuestados más jóvenes de los cuatro países eran más favorables a considerar las cuatro opciones como más saludables. Los expertos explican que un producto puede estar etiquetado como “sin xxxx” y no ser real, por lo que quizá la industria alimentaria podría utilizar estos reclamos sabiendo que provocan una percepción positiva entre los consumidores, aunque realmente no sea necesario incluir mensaje.
No es algo que venga de nuevo o sorprenda, recordemos, por ejemplo, que el hecho de que no se hayan publicado los perfiles nutricionales por la Comisión Europea ha dado pie a los fabricantes a utilizar mensajes saludables en productos con un elevado contenido en grasas, sal o azúcares.
Los expertos advierten a la industria sobre el uso de estos mensajes “sin”, pues utilizarlos sin una justificación podría crear desconfianza entre los consumidores, sobre todo si se dan cuenta de una cosa: que un producto “sin” no necesariamente es más saludable. Con respecto a la disposición a pagar más dinero por este tipo de productos, los datos varían según el país, los consumidores franceses están dispuestos a pagar más por un producto etiquetado ‘sin transgénicos’ o ‘sin aceite de palma’; los consumidores polacos, aunque consideran más saludables los productos sin gluten y sin lactosa, no están dispuestos a pagar más por ellos. Pero a nivel general, las probabilidades de que los consumidores quieran pagar más por este tipo de productos son escasas.
En el estudio se demuestra que las etiquetas tipo “libre de” parecen ser generalmente confusas para los consumidores, y que es necesario educarles sobre este tipo de mensajes. Esto tampoco sorprende, sobre todo sabiendo que existe una gran confusión a nivel mundial sobre la información de las etiquetas alimentarias y los diferentes sellos que acompañan a los productos.
Este martes, llega a Guadalajara seminario de análisis de tendencias de consumo
En los tiempos actuales, cuando la información está más disponible que nunca gracias a la tecnología y llega a las sociedades con velocidades inusitadas, y donde algo que por la mañana era noticia puede a llegar a ser por la tarde todo un fenómeno en los medios y redes sociales, medir el pulso y las preferencias del consumidor es vital para garantizar el éxito a corto y mediano plazo de las compañías de alimentos y bebidas.
Durante décadas, el conocimiento del consumidor ha sido un factor definitorio para el desarrollo de proyectos de inversión en cualquier sector, pero nunca lo ha sido tanto ni ha mostrado una especialización tan amplia como hoy en día para producir alimentos exitosos, pues ahora es posible conocer estudios sobre el gusto de una comunidad respecto a una bebida tradicional endulzada con estevia o sobre la aceptación de una nueva textura de una botana, por citar un par de ejemplos de cómo se comporta la demanda.
Entre tantos cambios de gusto y percepción, cada vez más impulsados por cuestiones desde éticas como la sustentabilidad y el veganismo hasta de practicidad como es el caso de la conveniencia, hay varios que se sostienen con el tiempo y se convierten en importantes nichos de mercado altamente valorados por la industria alimentaria y sus departamentos de investigación y desarrollo: nos referimos a las TENDENCIAS, traducidas como comportamientos por parte del consumidor soportados en nuevos intereses sólidos que influyen en sus decisiones de compra y difícilmente varían de un día a otro.
Por ello, ahora en el Occidente mexicano, con el objetivo de ofrecer a los líderes de la industria de alimentos y bebidas herramientas e información de amplio valor para el conocimiento e identificación de la dirección a la que los consumidores quieren llevar al sector, Alfa Promoeventos presenta “TECNOTENDENCIAS ALIMENTARIAS Guadalajara 2018, Seminario de Tendencias de la Industria de Alimentos y Bebidas”, a celebrarse el próximo 21 de febrero en el hotel Hilton Guadalajara (Jalisco).
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Fuente: Gastronomía y Cía. (con edición de Alfa Editores Técnicos)