El profesor Jesús Román ha expuesto en un congreso que se celebra en Sevilla que esta bebida puede formar parte de la dieta mediterránea por su baja graduación alcohólica y las materias primas con las que están elaboradas.
El consumo moderado de cerveza podría estar incluido dentro de una alimentación saludable. Así lo indica el profesor Jesús Román, especialista en Nutrición y Dietética y portavoz del Centro de Información Cerveza y Salud (CICS), en el marco del II Congreso Nacional de la Federación Española de Diabetes’ que se celebra en Sevilla, dentro de un taller sobre ‘Hábitos saludables y dieta mediterránea.
“El consumo moderado de bebidas fermentadas puede formar parte de una alimentación saludable dentro de la dieta mediterránea actual, por las propiedades que les confieren su baja graduación alcohólica y las materias primas con las que están elaboradas”, apunta el Román según se indica mediante un comunicado.
De hecho, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), incluye en la Pirámide de la Alimentación Saludable las bebidas fermentadas (cerveza, vino, cava y sidra) de forma opcional y moderada.
Asimismo, la Fundación Dieta Mediterránea incluye el consumo moderado de bebidas fermentadas dentro de las recomendaciones en la pirámide de la dieta mediterránea afirmando que “siempre que las creencias religiosas y sociales lo permitan, se recomienda un consumo moderado de vino u otras bebidas fermentadas (como referencia, una copa al día para las mujeres y dos para los hombres)”.
Hay que tener en cuenta que “los potenciales efectos beneficiosos de estas bebidas se observan únicamente cuando el consumo es moderado y responsable, por parte de adultos sanos, en el marco de una alimentación sana y equilibrada. Además, si se está tomando medicamentos, si se va a conducir, y en el caso de las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, el consumo de alcohol debe ser cero”, añade Román.
Según instituciones internacionales, el consumo moderado de alcohol no debe superar los 30 gramos al día en los hombres (tres vasos de cerveza tradicional o 600 ml) y los 20 para las mujeres (dos vasos o 400 ml), y es aconsejable ingerirla acompañada de alimentos sólidos.
Además, hay que tener en cuenta que las personas metabolizan de distinta manera el consumo de alcohol, ya que influyen factores como el peso, el sexo, la raza y la frecuencia con la que se bebe. “En pacientes diabéticos el consumo moderado de esta bebida debe hacerse siempre teniendo en cuenta las recomendaciones médicas. En cualquier caso, lo más aconsejable es que sea sin alcohol”, apunta el doctor Román.
Fuente: El correo
Interesante articulo, por tal motivo es importante acudir con un nutricionista que nos oriente sobre lo saludable o no conforme a nuestra individualidad