En el camino hacia la descarbonización, la industria alimentaria busca reducir el uso de envases, hacerlos más sostenibles y promover su reciclaje
¿Qué sería de la industria alimentaria sin envases? Permiten transportar los alimentos y las bebidas de forma segura y conservar todas sus propiedades. Pero el impacto ambiental de latas, botellas de plástico o de vidrio es grande. El aluminio de las primeras puede tardar entre 10 y 100 años en degradarse; las de plástico, unos 1,000; las de vidrio, hasta 4,000 años, según Naciones Unidas. Por ello es crucial que los envases se diseñen bajo los criterios de la economía circular, desde la extracción de las materias primas hasta su reciclaje, reutilización o eliminación.
En la actualidad, la producción de bienes, incluyendo los de alimentación, representa una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE. En 2020, casi el 13% de los recursos materiales utilizados en Europa provinieron de materiales de desecho reciclados, es decir, la tasa de circularidad aumentó en 0.8 puntos porcentuales respecto a 2019, según Eurostat. Sin embargo, aún estamos lejos. Ante el objetivo europeo de descarbonización plena en 2050, ¿qué puede hacer la industria para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y frenar el calentamiento global?
Una de las principales propuestas de Coca-Cola para llegar a una economía circular es reducir el uso de plástico virgen en favor del uso de PET (un tipo de plástico utilizado en envases de bebidas y textiles por su resistencia) que sea circular, 100% reciclado o renovable. Lo que supondría un 70% menos de huella de carbono en comparación con el PET virgen de origen fósil. “Actualmente, estamos trabajando para lograr que todas nuestras botellas sean de PET circular, aunque aún hay mucho camino por recorrer. Las tasas de recogida de botellas PET son significativamente dispares en Europa Occidental, por debajo del 50% en muchos casos. Nuestro propósito es alcanzar un 50% de rPET (PET reciclado) para el año 2022, con miras a que el 100% de los plásticos sean reciclados o renovables en 2030”, apuntan desde la empresa.
De momento, sus envases ya tienen un 25% de rPET, porcentaje que aumenta en algunos casos hasta el 50%, como la botella ‘Orion’ de Aquarius, lanzada el año pasado y que se empleará en los formatos de plástico PET de 0.5 litros, 1 litro y 1.5 litros de todos los sabores, con y sin azúcar. Este material circular que deseablemente debería acabar usando toda la industria, será una combinación de PET reciclado mecánicamente y PET procedente del reciclaje por despolimerización (químico) o de fuentes renovables. Así, para la multinacional, la botella del futuro estará formada por un 70-80% del primer tipo de PET, ya que el reciclaje mecánico tiene menor presencia de carbono que el reciclaje por despolimerización; por un 20-30% PET del segundo tipo y por un 10% PET de fuentes renovables. Además de ser 100% reciclada y reciclable, será más ligera, no llevará tintes para darle color e incluirá mejoras en ecodiseño, como el tapón unido a la botella para poderla reciclar conjuntamente. También mostrará mensajes de apoyo al reciclaje.
Con el propósito de hacer crecer la disponibilidad de nuevos materiales renovables, la empresa de bebidas también está poniendo el acento en el desarrollo de distintas iniciativas. De esta forma, en 2009 presentó su nuevo envase PlantBottle™ de residuos vegetales, un material en el que sigue investigando. Y el año pasado lanzó su primer prototipo de botella de papel junto a Paboco (The paper company), una botella con carcasa de papel y un fino revestimiento interior de plástico. Este, 100% reciclado, se puede procesar nuevamente, aunque la idea es que en el futuro la botella sea totalmente de papel reciclable.
Al mismo tiempo y gracias a su programa ‘Mares Circulares’, un proyecto para limpiar costas, espacios protegidos y fondos marinos de España y Portugal por el que se ha conseguido recoger más de 1,150 toneladas de residuos, en 2019 la empresa de bebidas fabricó las primeras 300 botellas compuestas en un 25% por plástico reciclado de las costas españolas y portuguesas; las primeras fabricadas con plástico recogido del mar utilizadas como un envase destinado al consumo humano. Esto demostró que incluso el plástico más degradado del fondo marino puede reconvertirse.
Recogida y envases rellenables
En línea con el programa de limpieza de los mares, la multinacional se ha comprometido a recoger el 100% de sus envases. De este modo, por cada envase vendido, uno es retirado, evitando así que estos se conviertan en ‘basuraleza’. Esta iniciativa se complementa con campañas de ‘marketing’ que fomentan el reciclaje, como el mensaje ‘Por favor, recíclame’, impreso en sus tapones.
Por último, se está apostando por modelos de envases rellenables, de dispensado o incluso sin envase. Un ejemplo es su sistema de dispensado ‘freestyle’, que ofrece bebida a demanda, además de fomentar el uso de vasos y envases reutilizables por los consumidores. Por otro lado, aprovechando las botellas de vidrio que recupera y vuelve a rellenar del canal de la hostelería (se pueden reutilizar hasta 25 veces), Coca-Cola ha conseguido que alrededor del 27% de los envases que produce en España sean rellenables.
Fuente: El Confidencial