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Descontaminación con ozono de agua y alimentos para poblaciones rurales

Diversas son las problemáticas a las que se ven enfrentados los pobladores de los sectores rurales más aislados de Sudamérica. Una de ellas se ve directamente relacionada con el agua y los alimentos, recursos fundamentales para el ser humano cuyo consumo debe estar sujeto a altos estándares de higiene para evitar que estos se contaminen y tengan efectos nocivos para la salud, ya sea de forma química o biológica.

En el caso del agua, una de las consecuencias más nocivas que puede tener para las personas tiene que ver con la contaminación por microorganismos, cuya aparición es común en Chile –país origen de esta nota-, y que al ser consumidos en una alta carga pueden tener graves consecuencias en la salud. Mientras que para los alimentos es necesaria la refrigeración para asegurar un correcto almacenamiento que extienda la durabilidad de estos por un tiempo determinado.

Por esta razón, la población rural está más expuesta y es más sensible a estos problemas, pues en el caso del agua la mayoría no utiliza cloro para su tratamiento, y al no contar con sistemas de refrigeración, ya sea por falta de energía eléctrica o de recursos económicos, los alimentos sufren una descomposición temprana, contaminándose con una alta carga de microorganismos.

En este contexto, la Universidad de Talca desarrolló un prototipo que genera ozono a partir de energía fotovoltaica, para la descontaminación de alimentos y agua para los habitantes de zonas rurales, específicamente del sector El Melado, en la comuna de Colbún.

Según explicó el académico y jefe del proyecto, Diógenes Hernández, “esta iniciativa propone el desarrollo de prototipos automatizados, que son alimentados con energía fotovoltaica para la generación de ozono, cuyo gas es altamente oxidante y está comprobado que elimina el 99.99% de los microorganismos presentes en el agua y en los alimentos, sin causar daños para el ser humano”.

De este modo, el gas volátil altamente oxidante, conocido como ozono, es capaz de destruir virus, bacterias, parásitos, hongos, mohos, esporas y otros contaminantes que se presentan en el agua y en los alimentos como carnes, pescados, frutas, mariscos, verduras, quesos y huevos, entre otros, con la particularidad de ser 3,000 veces más efectivo que el cloro en la desinfección del agua, además de ser más seguro de manipular, puesto que no emana los vapores del cloro, que tienen un alto porcentaje de irritabilidad en las vías respiratorias.

El seremi de Energía, Vicente Marinkovic, quien conoció los alcances de la iniciativa, comentó que, “además de ser una propuesta innovadora, presenta una alto porcentaje de aplicabilidad, pudiendo ser instalada en distintas zonas cordilleranas de nuestra región e incluso del país”.

Funcionamiento

Para lograr la óptima conservación de los alimentos y la purificación del agua, el ozono es generado por un sistema autónomo que canaliza este gas a través de dos vías, una que va directamente a un estanque donde se almacena el agua y otra a una cámara en donde se almacenarán los alimentos, lo que implica que ambos sistemas estén libres de microorganismos gracias a la presencia del ozono.

Para asegurar el funcionamiento continuo del sistema, se obtiene la energía necesaria mediante un sistema fotovoltaico que consta de dos paneles solares de 300 watts, cuya energía pasa por un inversor que alimenta directamente al generador de ozono, que posee un consumo de 20 watts.

Finalmente, el excedente energético se almacena en un banco de baterías, que posteriormente son utilizadas para alimentar una bomba que extrae el agua desde su fuente de origen, principalmente pozos, la que se programa durante la noche para hacer funcionar una bomba extractora que se encarga de llenar un estanque de 200 litros con el agua que será descontaminada con ozono.

Fuente: El Economista (Chile)

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