Dos de las bebidas más consumidas en el mundo podrían ayudar a llevar mejor el paso del tiempo.
Se trata del café y el té, según señala un estudio realizado por un equipo de la Universidad Nacional de Singapur, mismo que siguió a 12 mil 583 personas por 20 años para probar su hipótesis.
Los resultados, publicados en el Journal of the American Directors Association, reflejaron que beberlos en la madurez podría ayudar a reducir la fragilidad física durante las edades más avanzadas de la vida.
¿Qué quiere decir esto? Que la disminución de la fuerza, la resistencia y funciones fisiológicas que se dan por el paso de los años podrían disminuir al tomarlas con frecuencia.
¿Una taza de café?
En el estudio se detectó que, en comparación con las personas que no consumían diariamente café, aquellos que bebían 4 o más tazas al día tenían probabilidades reducidas de fragilidad física.
De los bebedores de café, el 52.9 por ciento tomaba una taza al día, el 42.2 por ciento de dos a tres tazas y el 4.9 por ciento cuatro o más. Se descubrió que este último grupo tenía posibilidades significativamente menores de padecer fragilidad física en la edad adulta, en comparación con los que no bebían café a diario.
Algo similar ocurrió con los amantes del té: a diferencia de aquellos que apenas lo bebían, los participantes que lo tomaban todos los días también tenían probabilidades inferiores.
¿Qué hicieron para averiguarlo?
El estudio comenzó entre abril de 1993 y diciembre de 1998, en esos años se dio el proceso de reclutamiento. A partir de entonces inició el seguimiento, mismo que se realizó cada 5 y 6 años.
En 1999 y 2004 (en ese entonces los voluntarios tenían en promedio 53 años) se recabaron diversos datos, entre ellos, el consumo de cafeína de los participantes. En 2006 y 2010 se realizó un segundo sondeo.
El tercer cuestionario se dio cuando los participantes tenían una edad promedio de 73 años, y se enfocó en conocer el estado de la fuerza y vigor de los participantes. Así, junto con la pregunta ‘¿se siente lleno de energía?’ se realizaron pruebas físicas.
Estas consistieron en medir la fuerza de agarre en las manos y el tiempo en que las personas tardaron en levantarse de una silla, caminar 3 metros a su ritmo habitual, darse la vuelta, regresar y sentarse.
“Un mayor consumo de café, té y cafeína se asoció significativamente con una mejor función física: mayor fuerza de agarre y tiempo más rápido”, señala el profesor Koh Woon Puay, de la Facultad de Medicina Yong Loo Lin de la Universidad de Nueva York.
Cabe destacar que durante el procedimiento se tomaron en cuenta características sociodemográficas, comorbilidades, factores del estilo de vida y la ingesta dietética habitual.
Además, también se realizaron pruebas en ratones de edad avanzada, resultó que los roedores ancianos se vieron beneficiados por el consumo de café, ya que no sólo aumentó su músculo esquelético sino que además se redujo el avance de la sarcopenia (afección que se caracteriza por la pérdida de masa, fuerza y funcionamiento de los músculos en individuos mayores).
“Por lo tanto, es plausible que el café pueda reducir el riesgo de fragilidad física y mejorar la función física al mejorar la integridad muscular y retardar el desarrollo de sarcopenia en el envejecimiento”, aseguran los investigadores.
La advertencia
Si bien para los amantes de la cafeína los resultados podrían ser buenas noticias, hay algunos detalles que se deben tomar en cuenta, por ejemplo, “aún se necesitan más estudios para confirmar estas asociaciones”.
A la par, se requiere investigar si los efectos encontrados sobre la fragilidad física están mediados por compuestos químicos o sustancias presentes en las plantas que tienen propiedades antioxidantes (polifenoles), de acuerdo con las conclusiones del propio estudio.
Por otro lado, si bien la cafeína se asocia con efectos positivos a la salud, también provoca algunos negativos, como problemas digestivos, ansiedad y posible adicción.
Fuente: Milenio