No cabe duda de que, si eres un amante de la comida saludable y apasionado de la gastronomía propia de España y de los superalimentos, seguro que ya has probado el kéfir, pero lo que quizá no sabes es que, al contrario de lo que todo el mundo suele creer, en realidad no es un yogur. Para que pueda calificarse como tal tiene que estar elaborado con alguno de estos ingredientes: o bien leche de un mamífero o fermentos lácticos. Pero vayamos por partes. ¿A qué categoría pertenece este alimento?
Pues bien, se trata de un producto lácteo líquido y muy aromático, que se obtiene por una doble fermentación. Se podría decir que es un alimento similar en su concepto al yogur, pero en cuya elaboración han participado una serie de microorganismos diferentes a este. Al igual que para que un producto alimenticio tenga la consideración de yogur tiene que estar fermentado por una serie de bacterias típicas, en el caso del kéfir, los microorganismos típicos consisten en una combinación de bacterias y levaduras.
¿Porqué tomar kéfir es bueno para la salud?
Lo que se conoce en nutrición como superalimento, en este caso el kéfir, presenta grandes beneficios para nuestra salud. Al igual que el yogur, se considera un alimento probiótico, o lo que es lo mismo, un aliado a la hora de restablecer la flora intestinal tras tomar antibióticos. Además, es rico en triptófano, calcio, magnesio, fósforo, vitaminas B y K.
Asimismo, el kéfir es un alimento rico en minerales como calcio, magnesio o fósforo, además de aportar vitaminas de los grupos A, B y D y aminoácidos esenciales. Por otra parte, cuenta con la ventaja de que se trata de un alimento apto para intolerantes a la lactosa ya que, la fermentación reduce los niveles de lactosa y concentra los de la enzima β-galactosidasa.
Esto se traduce en que kéfir ayuda al tránsito intestinal, facilitando la digestión, regenerando la flora intestinal y evitando el estreñimiento, además de regenerar la mucosa del estómago. Asimismo, gracias a sus propiedades ayuda a combatir la osteoporosis además de tratarse de una solución efectiva para problemas cutáneos como eccemas.
¿Cuáles son las diferencias entre kéfir y el yogur?
El kéfir y el yogur se suelen confundir por su aspecto y propiedades similares, pero en realidad son alimentos diferentes. Ambos son lácteos probióticos, alimentos con bacterias vivas, que se obtienen por la fermentación de la leche. La primera diferencia es que la fermentación de cada uno es diferente, ya que los microorganismos que intervienen son específicos de cada uno. En el yogur se produce una fermentación láctica, y el kéfir se obtiene por fermentación lactoalcohólica.
Otra de las diferencias es que el kéfir es más digestivo, un poco más líquido y de sabor más ácido que el yogur, porque contiene más ácido láctico. Si bien es cierto que el yogur es también digestivo, el azúcar de la leche, suele ser la responsable de algunos problemas a la hora de digerir los lácteos. Es más cremoso y de sabor ligeramente ácido, pero un poco menos que el kéfir.
Fuente: Diarimes