En los años sesenta, la empresa norteamericana Hi-Cone revolucionó la industria del «packaging» de bebidas con las anillas de plástico. Décadas más tarde tuvo que encarar la polémica por los problemas que ocasionaban en los animales marinos. Y comenzó su reciclaje: se elaboraron con material fotodegradable capaz de descomponerse con la luz en tres o cuatro meses. Hoy, cuando cada año más de ocho toneladas de plástico llegan a los océanos, Hi-Cone da un nuevo paso y lanza RingCycles: anillas fabricadas con más de un 50% de material reciclado posconsumo (PCR), o lo que es lo mismo, plástico reciclado que se recolecta y reutiliza.
La industria del embalaje se enfrenta a nuevos retos desde que la palabra sostenible se ha convertido en imprescindible. Para Shawn Welch, vicepresidente y director general Global de Hi-Cone, «el primer reto es entender la diferencia entre los distintos materiales y su impacto en el medioambiente. Tenemos que acabar con la falsa percepción de que menos plástico es más perjudicial que más cartón». Y precisa que el estudio Life Cycle Analysis encargado por la compañía confirma que «RingCycles ofrece ventajas frente a las alternativas actuales de cartón, con una reducción de entre el 70% y el 90% en los gases de efecto invernadero, energía y residuos sólidos. Nuestras anillas para ocho latas pesan 4 gramos frente a los 30 del cartón para un “packaging” idéntico. Además, el PCR emplea un 90% menos de energía no renovable; 83% menos de consumo de agua; emite un 75% menos de gases de efecto invernadero y crea un 43% menos de residuos sólidos en comparación con la producción de material virgen. Con el PCR cada año eliminamos hasta 12 millones de kilos de uso de nuevo plástico».
Desde Hi-Cone se insiste en la importancia de trabajar en la educación al consumidor que, según su informe «El estado del reciclaje del plástico», reclama mayor información. «Una mayor implicación por parte del sector es necesaria, pero la responsabilidad en reducir el impacto del plástico atañe a todos, desde la producción hasta los consumidores», señala Welch.
De los 6.000 millones de unidades de producto de seis anillas que produce la compañía, casi una cuarta parte se produce en España. La fábrica situada en La Garriga (Barcelona) abastece a toda Europa y África, se ha convertido en su punta de lanza hacia un futuro sostenible, que sigue los estándares de su sede central en Itasca (Illinois).
Soluciones de futuro
«Hemos trabajado hasta conseguir un producto que cumpliera con nuestras expectativas y las necesidades del mercado. Una solución responsable y práctica que cumple con el objetivo último de hacer frente al verdadero problema: el impacto que tienen en el medio ambiente», insiste Shawn Welch, quien tiene claro que el «packaging» se tiene que reinventar para afrontar un futuro sostenible: «En Hi-Cone vamos a continuar con la evolución de RingCycles hacia la biodegradabilidad y el contenido 100% de PCR. Y como nuestro sello es la innovación, ya estamos explorando materiales alternativos al plástico compuestos, por ejemplo, de piel de plátano, algas u hongos», adelanta.
Fuente: ABC Economía