Todavía queda trabajo por delante para que el ‘Tomafrán’ pueda convertirse en un alimento o en un suplemento aptos para su comercialización, pero un estudio preliminar centrado en los exosomas de híbrido entre tomate y azafrán ha demostrado diversas propiedades neuroprotectoras de un valor incalculable para la salud.
El trabajo, a cargo de investigadores del grupo Bioforce del Instituto Botánico de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), ha sido publicado en la revista Natural Products and Bioprospecting, y abre nuevas posibilidades a la hora de dar respuesta a diversas patologías a través de este alimento transgénico, que también puede llegar a emplearse con fines cosméticos.
El hallazgo, del que también es partícipe el grupo de Química Médica y Biológica traslacional del Centro de Investigaciones Biológicas (CIB) del CSIC, ha permitido certificar las propiedades neuroprotectoras de exosomas y nanopartículas de quitosano de este híbrido genético enriquecido en crocinas.
Las crocinas tienen efectos beneficiosos para la salud en la prevención y el tratamiento de numerosas enfermedades, entre ellas las disfunciones cognitivas y de memoria relacionadas con la edad. En el trabajo se estudió la acción sobre un conocido modelo celular de alzhéimer basado en neuroblastoma humano. Y todas las muestras empledas mostraron su carácter neuroprotector.
“Nuestros resultados confirman el efecto neuroprotector de ‘Tomafrán’ y sus exosomas, que pueden ser útiles para retrasar o prevenir trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer”, indican los investigadores para quienes el estudio ha sido todo un reto.
“Un desafío importante en las estrategias neuroprotectoras es el cruce de los compuestos neuroprotectores de la barrera hematoencefálica, necesaria para llegar al sistema nervioso central y producir el efecto biológico deseado”, añaden los expertos de la UCLM, que también prevén posibles aplicaciones frente al glioma, un tipo de tumor cerebral.
El problema en la Unión Europea
Sin embargo, los investigadores todavía tienen un largo recorrido por delante para que el supertomate pueda comercializarse como alimento Y es que, según reconoce una de las investigadoras, la doctora Lourdes Gómez, en declaraciones a Europa Press, en la actualidad existen dificultades para su venta, principalmente en la Unión Europea, debido las restricciones impuestas sobre el consumo de productos transgénicos. Algo que no obstante no sucede en otros países fuera de la zona euro.
Y es que, la EFSA, la autoridad europea de seguridad alimentaria, Los organismos modificados genéticamente, principalmente alimentos y piensos, modificados solo pueden autorizarse si han superado una rigurosa evaluación de seguridad que debe estar respaldada por la evidencia científica y se pueda garantizar que en ningún caso se trata de productos nocivos.
Un alimento y suplemento con muchas propiedades
No parece que este sea el caso del ‘Tomafrán’, pero el hecho de estar todavía sujeto a diversas investigaciones y ese periodo farragoso de verificación, puede prolongar la espera al menos un par de años o tres. Eso sí, es posible que antes de verlo en supermercados y fruterías llegara a nuestras manos en forma de suplemento alimenticio.
Fuente: Men’s Health