Después de tres años de condiciones de una fuerte sequía, el sector ganadero de vacuno de Argentina está sufriendo mucho esta situación.
Esto ha sido recogido por el USDA en uno de sus últimos informes sobre la evolución de la producción de carne de vacuno en el país sudamericano.
Si las condiciones meteorológicas comienzan a normalizarse en marzo y abril con el fin del patrón climático de La Niña, las mejoras en las condiciones de los pastos podrían permitir a los productores retener más ganado, lo que potencialmente conduciría a precios más altos.
En cuanto a la producción cárnica, las estimaciones es que en 2023 se alcancen los 3 millones de t de producción, bajando de los 3.14 millones de t de 2022. El sacrificio en las primeras semanas de 2023 fue elevado, impulsado por la venta por parte de los productores debido al mal estado de los pastos y a los altos costes derivados de las condiciones de sequía en la mayoría de las zonas de producción ganadera de Argentina.
Esto continúa una tendencia de los dos últimos años, en los que el tiempo seco ha provocado escasez de forraje y mayores costos de alimentación. Como resultado, los productores se han visto obligados a vender una mayor proporción de su rebaño, animales a una edad más temprana de la que habrían elegido si hubiera un suministro más abundante de piensos y forraje. Una normalización del régimen de lluvias en marzo y abril de 2023 podría ayudar a los productores a conservar una mayor parte de su ganado y podría traducirse en una subida de los precios del ganado.
Respecto a las exportaciones de este segmento, sumarían 780,000 t en 2023, bajando cerca de 50,000 t respecto a 2022. Los precios de venta a China y la UE han aumentado últimamente, lo que podría permitir algunos envíos adicionales. Sin embargo, el crecimiento se verá limitado por las mismas restricciones a la exportación que Argentina tenía en vigor en 2022. Los contactos de la industria dudan que Argentina sea capaz de capitalizar en gran medida cualquier oportunidad comercial proporcionada por la reciente detección de EEB en Brasil. Si las exportaciones brasileñas a China y otros mercados se cierran durante varias semanas, esto llevaría a Argentina a enviar algún tonelaje adicional, pero no volúmenes significativos. 2023 es un año de elecciones presidenciales, y el precio de la carne de vacuno es políticamente sensible en Argentina. Dado que se estima que la producción argentina de carne de vacuno se mantendrá estable el próximo año, cualquier aumento de las exportaciones competiría directamente con el consumo interno, lo que podría dar lugar a un aumento de los precios internos. La industria cree que el Gobierno argentino seguirá vigilando de cerca los precios y probablemente intervendrá en el mercado de exportación para frenar la salida de carne de vacuno argentina.
El consumo de carne de vacuno en 2023 se prevé en 2.22 millones de toneladas con un consumo per cápita de carne de vacuno se estima en 48 kilogramos, 2 menos que en 2022. La elevada inflación de la economía argentina (cercana al 100% anual) ha puesto a prueba los presupuestos familiares. Para economizar, los consumidores argentinos han estado comprando cantidades más pequeñas de carne de vacuno y, en general, están cambiando a alimentos menos caros de todo tipo. Los carniceros y envasadores de carne indican que la demanda es débil.
Fuente: Eurocarne