La pujanza que el vino en lata goza en mercados como Estados Unidos, Japón o Australia, la facilidad que da a los consumidores para tomarlo en cualquier momento y lo atractivo que puede ser para los jóvenes adultos está animando cada vez a más empresas a adentrarse en este segmento. Así lo expresan a distintos actores del sector vinícola que han visto en la lata un nicho de mercado, aunque su desarrollo aún es incipiente y, según algunas de las voces, no cuenta con todo el apoyo de las denominaciones de origen más tradicionales.
1% del mercado de bebidas enlatadas
La asociación Latas de Bebidas, entidad formada por las compañías que suministran latas de bebidas en los mercados español y portugués, ilustra que, en la actualidad, el vino en lata representa en España menos de un 1% del mercado de bebidas envasadas en este formato.
No obstante, el director de la asociación, Juan Ramón Meléndez, asegura que se trata de una “tendencia creciente que, sin aspirar a convertirse en algo de consumo masivo, ha llegado para quedarse y ocupar un nicho significativo del mercado”.
Meléndez destaca que los vinos blancos y espumosos en lata gozan de bastante tradición en mercados extranjeros como Japón, EE UU y Australia y que “cada vez más empresas españolas y portuguesas se interesan por este envase que al ser extraordinariamente cómodo y ligero. Facilita su consumo fuera del hogar, en la playa, en excursiones al aire libre… Distribuir vino blanco envasado en lata es una interesante estrategia para acercarse a la población, principalmente femenina, de entre 25 y 35 años, pues es un segmento de edad muy familiarizado con este envase”, expresa.
Una tendencia en alza en EE UU
Para Álvaro Giménez, CEO de la consultora especializada en internacionalización Gimenez & Sigwald Wine Associates, EE UU es, sin duda, uno de los mercados en los que el vino en lata está teniendo más auge, pues asegura que está presentes en todos los supermercados y que, además, cada vez tiene más calidad. “En prepandemia eran caldos muy básicos, muy afrutados, demasiado aromáticos. Ahora ya estamos viendo latas de entre 10 y 15 euros, varietales, más desarrollados, alguno con algo de maderas. Está tomando sofisticación el tema”, indica.
Según datos de Nielsen, en 2018 el negocio del vino en lata supuso 45 millones de dólares (unos 44.2 millones de euros) y experimentó un crecimiento del 59.5% en un año. Sin embargo, Giménez critica que algunas denominaciones de origen españolas de las más tradicionales están poniendo problemas a los bodegueros que quieren aprovechar este tirón y enlatar para exportar al gigante norteamericano. “Incluso con amenazas de multa”, enfatiza. “Los consejos reguladores de las denominaciones de origen van 20 años por detrás”, continúa.
Algunas compañías que han comenzado a enlatar vino
Una de las compañías que ha comenzado a enlatar vino es la española Mindful Drinkers, con su marca Zeena, que enlata vinos blancos, tintos y rosados de 12.5 y 13.5 grados, además de otro más gaseoso que tiene una graduación de 9.5, y está centrada en otros mercados, como Japón, Europa y América Latina.
No obstante, la fundadora y CEO de Zeena, Sana Khouja, cuenta que fue en Estados Unidos, en 2018, donde conoció el concepto del vino en lata y comenzó a profundizar en él y valor la opción de “hacer un producto mucho más cercano a un consumidor que no sabe de vinos y que nadie le pone etiquetas en función de lo que sepa o no”.
“(El vino en lata) está creciendo y más que un tema generaciones es de actitud, de gente que le gusta el vino y quiere calidad, y no le importa si sabe o no sabe de vinos”, dice Khouja. “La gente que vive sola en casa encuentra una genialidad poder abrirse una lata, la gente que va de camping encuentra una genialidad llevar vino en lata y no tener que llevarse el abre botellas… Y luego, lógicamente hay un público más joven que le gusta el vino pero que no sabe de vinos y que ni siquiera sabe abrir una botella”.
Otra bodega que se ha lanzado a enlatar tras diez años en el mercado tradicional es la española Copaboca, y lo ha hecho con un vino espumoso tipo seltzer, blanco, de 5.5 grados. Uno de los copropietarios de esta bodega, Mario Alonso Galindo, cuenta que se animaron al ver que había “una corriente internacional bastante fuerte” y que en EE UU se vendieron el año pasado 286 millones de latas de vino seltzer.
De momento, han enviado 10,000 latas de prueba para entrar en los supermercados de EE UU, mientras que en España están presentes en Valladolid, Santander, Asturias, Madrid, Sevilla y Cádiz.
Fuente: Interempresas