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Eliminación de restos de antibióticos de la leche de desecho mediante el uso de nanopartículas

Hay circunstancias en las que es necesario administrar antibióticos en las vacas lecheras, sobre todo cuando tienen infecciones en la glándula mamaria. Entonces, la leche que producen se llama leche de desecho, porque contiene restos de estos fármacos, no se puede comercializar y se suele tirar.

El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) quiere contribuir a cambiar la situación a través del proyecto demostrativo ‘Revalorización de la leche de desecho mediante la degradación de los residuos de antibióticos con nanopartículas enzimáticas (Revallet)’, llevado a cabo en los últimos dos años. El proyecto está demostrando que el uso de nanopartículas enzimáticas puede ser la solución para eliminar los restos de antibióticos que van a parar a la leche de desecho. Una leche que, una vez tratada, podrá aprovecharse, pues, para nutrir a los terneros sin contribuir a la generación de resistencias a estos tratamientos.

Las nanopartículas enzimáticas son partículas microscópicas, de entre 100 y 500 nanómetros de tamaño, que se están probando en muchos ámbitos científicos y que tienen un costo de producción bajo. En el caso de Revallet, el equipo del programa de Producción de rumiantes del IRTA ha fabricado, en el laboratorio de Torre Marimon, en Caldes de Montbui, nanopartículas de beta-lactamasa, una enzima que rompe la estructura de los antibióticos de la familia de los beta-lactámicos, es decir, las penicilinas, cefalosporinas, monobactámicos y carbapenémicos, provocando su inactivación. Para las vacas lecheras se pueden utilizar antibióticos de ésta y de otras familias, cuando sufren infecciones bacterianas.

“Al evaluar el potencial de las nanopartículas enzimáticas para degradar los restos de antibióticos beta-lactámicos presentes en la leche de las vacas, hemos podido comprobar que, efectivamente, estos residuos se reducen, por lo que es una tecnología con un beneficio potencial muy claro para las explotaciones lecheras, a la vez que de fácil implementación y bajo costo. Y lo que hemos conseguido con los beta-lactámicos podemos conseguirlo para otras familias de antibióticos. Necesitamos seguir investigando y adecuando las condiciones de la tecnología para que la reducción sea total, ajustando al máximo las dosis y el proceso de eliminación antes de poderla implementar en las granjas”, explica la investigadora responsable del proyecto, Elena Garcia Fruitós.

Para llevar a cabo el proyecto Revallet, el equipo de investigación ha utilizado leche de desecho procedente, principalmente, de la estación de vacuno del IRTA Monells. Esta leche no se puede comercializar y suele verterse en el medio ambiente. Asimismo, existen granjas que lo usan para alimentar a los terneros. Ambas prácticas hacen que los restos de antibióticos entren en contacto con microorganismos que pueden desarrollar mecanismos de resistencia, lo que actualmente es una amenaza para la salud global, es decir, el de las personas, los animales y el medio ambiente.

Conseguir eliminar del todo los residuos de antibióticos de la leche de desecho tendrá múltiples beneficios. “Por un lado, se podrá aprovechar para los terneros, ya que es un magnífico nutriente, pero sin generar resistencias microbianas en su cuerpo, que pueden desembocar en infecciones recurrentes y difíciles de eliminar. Por otro lado, la reutilización de esta leche fomentará la economía circular en las granjas. Y, finalmente, tampoco se asomará al medio ambiente, y así evitaremos resistencias microbianas también en este ámbito”, explica Anna Aris Giralt, investigadora del Programa de Producción de Rumiantes.

Fuente: interempresas

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