Diversas startups o empresas emergentes trabajan ya en la producción de carne limpia a partir de células cultivadas, lo que permite obtener el producto sin necesidad de causar la muerte del animal. En ese sentido, cada vez hay más personas sensibilizadas con las terribles condiciones en las que se crían los animales que viven en granjas y acaban en mataderos para nuestro consumo.
Un consumidor cada día más informado y sensibilizado podría estar propiciando el nacimiento de una nueva manera de producir carne, un cambio de paradigma en la industria cárnica en la que se pasaría de las granjas de cría y engorde al cultivo celular a través de la bioingeniería.
Se prevé que el consumo mundial de carne podría duplicarse para el año 2050, impulsado por el crecimiento económico de países emergentes como la India o China. Y con ello se dispararía el enorme impacto ambiental de esta actividad. La producción ganadera es responsable del 14.5% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), más que todos los coches, camiones, aviones y barcos del mundo juntos, por culpa principalmente del metano de las ventosidades de miles de millones de cabezas de ganado rumiantes. Además, para producir un kilo de carne hacen falta 15,000 litros de agua, denuncia la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El sector cárnico ocupa cerca del 30% de la superficie fértil del planeta, y el 33% de las tierras cultivadas lo son para producir piensos, según datos de diversas agencias de las Naciones Unidas. En solo un año, la expansión de las granjas de soya (cultivo destinado principalmente a alimentar el ganado), solamente en América del Sur, fue responsable de la destrucción de más de 11,600 kilómetros cuadrados de selva tropical.
A principios de 2017, la empresa Memphis Meats presentó en un acto en San Francisco (Estados Unidos), al que invitó a gastrónomos y degustadores, unas crujientes tiras de pollo empanizado y frito, y porciones de pato a la naranja, cultivados en ambos casos en laboratorio a partir de células de estas especies, que propone como la solución perfecta para quienes rechazan el consumo de productos que conllevan sufrimiento y maltrato animal y no quisieran sin embargo renunciar a ingerir carne. Memphis Meats asegura que para el año 2021 sus productos se podrán adquirir en los supermercados de Estados Unidos.
Prohibido hervir langostas vivas
En 2013 la compañía neerlandesa Mosa Meat, emanada de la Universidad de Maastricht, presentó la primera hamburguesa producida en un laboratorio a partir de células madre musculares obtenidas de diversas especies animales, que crean un verdadero tejido muscular en un biorreactor con la aportación de azúcares y otros nutrientes. En apenas cinco años, una hamburguesa cuyas primeras unidades costaron casi 300,000 euros ha reducido su coste de producción a tan solo 10 euros.
Durante las últimas semanas, diversas noticias sobre los vínculos de la industria alimentaria con el sufrimiento animal o la seguridad alimentaria han ocupado páginas de periódicos y espacios en televisión y radio.
A principios de año, Suiza se sumó a la prohibición de tirar vivas a las langostas al agua hirviendo, después de que en el mes de junio un tribunal italiano sancionara la habitual práctica culinaria de que los crustáceos viajen vivos en hielo antes de morir escaldados para elaborar platos de alta cocina.
Días más tarde, la cadena de supermercados Lidl se convirtió en la primera que dejaba de vender huevos de gallinas enjauladas, adelantándose por siete años a la prohibición en Europa de la inhumana cría de aves gallináceas inmovilizadas entre rejas. Esta medida afecta directamente a la producción de huevos españoles, ya que los comercializados por Lidl proceden de cuatro proveedores de ese país.
A esta tendencia de sensibilización creciente en España contribuyó en gran medida la emisión en el programa televisivo Salvados (La Sexta) del reportaje #StrangerPigs sobre el sector porcino, que mostraba las dantescas condiciones en que se crían cerdos en una granja. El programa causó un gran impacto mediático y una considerable conmoción social, y posteriores reacciones de rechazo de estas prácticas de la cárnica El Pozo Alimentación, cliente de la granja en la que se filmó el video de forma clandestina, o de la misma ministra de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina.
En el reportaje #StrangerPigs, Jordi Évole y su equipo, junto con activistas de la ONG Igualdad Animal, se introdujeron en la granja de los hermanos Carrasco, en Alhama de Murcia. El documento audiovisual recogía duras imágenes de cerdos sucios y desnutridos, enfermos, animales muertos o ejemplares que se comían a sus compañeros fallecidos.
La reacción de El Pozo Alimentación no se hizo esperar y emitió un comunicado en el que aseguraba tener la “conciencia tranquila” tanto en lo relativo al bienestar animal como en materia de seguridad alimentaria, y garantizaba que los animales grabados “jamás” entrarían en la cadena de producción ya que correspondían a un área de recuperación sanitaria de ejemplares con algún tipo de malformación o enfermedad de nacimiento.
Bienestar animal
Al día siguiente, en declaraciones a TVE, la ministra García Tejerina salía también al paso de la polémica generada por el reportaje de Salvados, declarando que el mismo no hacía “justicia al sector” y afirmaba que éste es “tremendamente profesional” y “puntero”, y que a su juicio cumple con todos los estándares europeos.
El nivel de concienciación sobre el bienestar animal va en auge, por lo que hoy en día situaciones como las de El Pozo pasan factura con inmediatez y tienen rápidas consecuencias comerciales. Y es que unos días después del reportaje #StrangerPigs, grandes cadenas de supermercados como las belgas Colruyt y Delhaize, o las alemanas Penny y Rewe, anunciaron que dejaban de vender productos de El Pozo. Ante este extremo, al día siguiente El Pozo Alimentación comunicó que se desvinculaba de la granja denunciada.
Al respecto, hace días el Consejo General de Colegios Veterinarios acordó crear una comisión nacional de bienestar animal con el objetivo de luchar contra el maltrato y promover el liderazgo de los veterinarios en esta materia.
Algo está cambiando en la percepción sobre el trato a otras especies y más concretamente sobre la producción cárnica tradicional, y se podrían estar fraguando las bases de una nueva era alimentaria basada en la bioingeniería con el objetivo de producir carne limpia y ambientalmente sostenible. Resulta muy significativo que entre los inversores de la startup Memphis Meats –con sede en Silicon Valley– se encuentren Bill Gates y Tyson Foods, el mayor productor de carne en Norteamérica y el segundo en todo el mundo.
Las principales potencias económicas empiezan a ser conscientes del cambio de paradigma al que se enfrentan. Recientemente China, el mayor productor de carne del mundo con el 20 por ciento de la generación mundial, e Israel han llegado a un acuerdo para exportar carne sin muerte animal. Este último país se involucra con tres de las mayores empresas de este recién nacido sector: SuperMeat, Meat the Future y Future Meat Technologies.
Fuente: EcoAvant