El Centro Tecnológico de la Carne de Ourense, en Galicia, trabaja para conseguir que la hamburguesa, el tipo de carne más consumido mundialmente, sea un alimento más saludable. Para ello, los investigadores se basan en tres pilares básicos: la reducción de sal y de grasas saturadas así como la de nitritos y nitratos en los productos cárnicos.
Así, en el marco del proyecto O2P, han conseguido crear una burger de potro en la que se sustituye la totalidad de la grasa animal, normalmente grasa saturada, por aceites vegetales, procedentes del germen de trigo o de las algas, con un perfil lipídico mejorado, lo que repercute positivamente en la salud del consumidor, tal y como explican desde la institución.
En este sentido, el verdadero reto consiste en lograr que la materia prima conserve sus propiedades, algo que han conseguido con un hidrogel que fabrican ellos mismos y que deja el producto con un aspecto visual muy similar al de la carne habitual.
Una vez que se añade esto a la carne, esta sigue el proceso de amasado y picado normal, pero el resultado final, a diferencia del resto de carnes de este tipo, tiene un 40% menos de grasas saturadas y es rica en ácidos grasos omega-3 con una “excelente calidad nutricional”.
Este alimento, que se considera poco conveniente para las dietas sanas y equilibradas, adquiere valor nutricional y pasa todas las catas con buenas valoraciones de su jugo, su sabor, su flavor y su olor.
Fuente: 20 minutos