La cerveza es uno de los productos más consumidos por los españoles, ya sea en bares, restaurantes o supermercados. Se calcula que se consumen unos 50 litros anuales por persona de media. Para muchos, las tardes de cervezas o unas cañas en el aperitivo son imprescindibles en sus vidas, ya que significan momentos de relajación y disfrute con amigos y familia.
Aunque el vino o la sangría son otras bebidas muy consumidas en España, ninguna cuenta con la fama de la cerveza, cuyo consumo se ha extendido y muchas personas las toman prácticamente a diario. La forma de consumirlas depende de cada persona: unos las toman en vasos de cristal, otros en lata o en botellas de cristal.
Puede que los que se están iniciando en el mundo de la cerveza no noten demasiadas diferencias, pero sí, los sabores difieren según el tipo de almacenamiento. No es lo mismo embotellarla en cristal que guardarla en latas de aluminio.
Lata o botella: ¿Qué es mejor?
Los gustos de cada persona son únicos. Seguro que conoces a alguien que prefiera tomarse una cerveza en lata, mientras que otras personas preferirán hacerlo en botellas de cristal. Como en todo, no existe una respuesta concreta, pero sí que existen estudios científicos que revelan que a algunas cervezas les viene mejor el vidrio y a otras el aluminio.
La revista ACS Food Science and Technology ha publicado un estudio científico que define dónde saben mejor dos tipos de cervezas. Ha tenido en cuenta algunas características importantes de esta bebida, como el tiempo que se mantiene fresca y dónde envejece menos.
Estos cambios se deben a que la cerveza es una mezcla de agua y etanol. Aunque también está compuesto por metabolitos que se producen por la levadura, el lúpulo y otros ingredientes. Durante su almacenamiento, en la cerveza se llevan a cabo procesos químicos mientras envejece la cerveza.
El estudio ha analizado dos tipos de cerveza: ámbar e IPA. Ambas cervezas se enfriaron durante un mes y, posteriormente, estuvieron cinco meses a temperatura ambiente para imitar las condiciones habituales de almacenamiento. Al cabo del tiempo, los expertos observaron que las cervezas habían cambiado su composición química.
Los resultados fueron sorprendentes. Y es que, mientras la ámbar conservó mejor su sabor en las botellas de vidrio, la IPA conservó correctamente su sabor independientemente del recipiente en el que estuviera.
Fuente: El Periódico de Aragón