La granada se ha utilizado en la medicina popular como fuente importante de nutrientes y compuestos que aportan grandes beneficios a la salud. Su relevancia se remonta hasta la mitología griega, para quienes representaban vida, sanación y fertilidad (Bhandari, 2012). Desde hace un siglo la fama de la granada ha ido en aumento, no sólo por el poema de García Lorca hacia esta fruta (García-Lorca, 1920), sino también por el vasto número de estudios que demuestran su efecto benéfico en la reducción de la morbilidad y mortalidad derivada de enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, ciertos tipos de cáncer y enfermedades neurológicas. Siendo México el tercer productor de granada a nivel mundial, nos preguntamos ¿Realmente estamos aprovechando el potencial de esta superfruta?
Retos de salud pública: trastornos neurológicos
En los últimos años, se ha incrementado la prevalencia de trastornos neurodegenerativos en adultos mayores y, en algunos casos, incluso en personas menores de 50 años. Sin embargo, para entender las graves implicaciones de salud, sociales e incluso económicas de estos trastornos, es necesario primero entender ¿Qué es un proceso degenerativo? Acorde a la literatura, el proceso neurodegenerativo es la pérdida progresiva de la función por diferentes causas o la muerte de las células del sistema nervioso central, provocando deficiencias progresivas de las habilidades motoras y cognitivas en el individuo (Wyss-Coray, 2016). Entre los trastornos neurodegenerativos de mayor incidencia destacan el Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, de Huntington y, la esclerosis lateral amiotrófica (Checkoway et al., 2011).
En México, la prevalencia de Alzheimer es de 7.3% y la incidencia se posiciona en 27.3 casos por cada 1000 habitantes/año. Aún más, estudios en población mexicana han determinado que el Alzheimer afecta mayoritariamente a mujeres y su riesgo de desarrollarlo aumenta en presencia de comorbilidades como el síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares o incluso depresión (Gutiérrez-Robledo & Arrieta-Cruz, 2015). Asimismo, hay aproximadamente 860,000 mexicanas y mexicanos mayores de 60 años afectados por algún tipo de demencia, donde además se estima que para el año 2050 esta población aumentará a más de 3.5 millones de personas (Reyes-Pablo et al., 2020).
En este contexto, el panorama resulta poco alentador, dado que se espera que la incidencia aumente a medida que la población envejece; de manera que, encontrar nuevas alternativas y estrategias para la prevención y/o tratamiento de estos trastornos neurodegenerativos es un reto de salud pública mundial (OMS, 2020). El estrés oxidante y la inflamación han mostrado ser vías clave en el desarrollo de la neurodegeneración; por lo que, muchos esfuerzos de la ciencia se han enfocado a investigar alimentos o moléculas de origen natural con potentes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Así, que los alimentos o moléculas puedan ser usadas como alternativas en la prevención de la neurodegeneración ¡Este es el caso de la granada!
Esta superfruta aporta grandes beneficios a la salud. Entre sus propiedades nutritivas destaca su contenido de fibra, además ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, ya que disminuye y controla los niveles de colesterol y glucosa en sangre. También contiene minerales esenciales para el organismo humano como potasio y fósforo, que intervienen en varios procesos vitales, desde la estructuración celular hasta la reparación de tejidos, facilitar la conducción nerviosa y el buen funcionamiento del riñón y corazón. La granada es una fuente de folatos y vitamina K, vitaminas importantes en la formación de glóbulos rojos y la coagulación de la sangre (Bhandari, 2012; Shaban et al., 2017).
Los beneficios que aporta la granada (Punica granatum, por su nombre científico) a nuestro organismo son gracias a la presencia de compuestos nutracéuticos (alimento que proporciona beneficios a la salud y puede prevenir enfermedades). Destacan la presencia de diversos compuestos con potentes propiedades antioxidantes como fenoles, polifenoles y antocianinas (Shaban et al., 2017). Un aspecto muy interesante es que estos compuestos nutracéuticos se concentran en diversas partes del árbol de Punica granatum como el tallo, hojas, flores, y también están distribuidos en la pulpa, cáscara y semillas de la granada. Y eso no es todo, la granada es la fuente más abundante en la naturaleza de ácido punícico.
¿Ácido punícico? … ¿Para qué sirve?
El ácido punícico un componente de la granada es un ácido graso poliinsaturado Omega 5 (Holic et al., 2018). Considerado un potente antioxidante, es un gran aliado contra enfermedades como la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares (Mandal et al., 2017). Además, es un nutracéutico importante en la prevención y tratamiento de trastornos neurológicos como el Alzheimer, Parkinson y la enfermedad de Huntington (Zamora-López et al., 2020). Diversos estudios han demostrado que actúa como un agente reductor de la neuroinflamación, modulando y reduciendo la inflamación inducida por citocinas proinflamatorias; además de regular la activación de receptores clave involucrados en el metabolismo de glucosa, sensibilidad a la insulina y, en la regulación de la adipogénesis como lo es el receptor gamma activado por proliferador de peroxisoma (PPARγ).
El ácido punícico presente en la granada ha mostrado ser un potente neuroprotector a través de la regulación de la inflamación
Sin embargo, es importante considerar que el ácido punícico se metaboliza rápidamente a ácido linoleico conjugado (CLA) (Pereira de Melo et al., 2019). Lípidos como el CLA son abundantes en el cerebro y realizan distintas funciones como la neurogénesis, transducción de señales, comunicación neuronal, transmisión sináptica y la regulación de la expresión de genes implicados en la diferenciación y proliferación celular, el metabolismo de los lípidos, la homeostasis de la glucosa y las respuestas inflamatorias, mediante su unión con los receptores PPAR (Calvano et al., 2021 y Gutiérrez et al., 2021). En particular, se ha demostrado la capacidad neuroprotectora del CLA contra el daño asociado con la edad y los mecanismos neurodegenerativos (Monaco et al., 2018). Por lo tanto, futuros estudios enfocados en el efecto del ácido punícico en la neurodegeneración, deben considerar su metabolismo y desarrollar vías de administración específicos que permitan ejercer efectos dirigidos hacia un blanco terapéutico específico.
Consumir granada fresca es una oportunidad para agregar potentes antioxidantes a nuestra alimentación, ya sea coronando unos deliciosos chiles en nogada o como jugo. La granada es, además, una fuente importante de compuestos nutracéuticos en la prevención de diversa enfermedades principalmente trastornos degenerativos como el Alzheimer. Entonces ¿Qué esperamos? ¡Aprovechemos todo su potencial!
Fuente: Transferencia Tec (México)