Hace unos 16 años empezaron las investigaciones sobre nutracéuticos y la búsqueda de moléculas bioactivas, es decir, sustancias que cumplen funciones en el cuerpo y promueven una buena salud. Los nutracéuticos son alimentos o partes de un alimento que proporcionan beneficios para la salud, incluyendo la prevención y/o el tratamiento de enfermedades.
En el caso de esta investigación, que estuvo a cargo del equipo del Laboratorio de Neurociencias y Medicina Funcional vinculado al Centro Internacional de Medicina -ICC y a la Universidad de Chile, el objetivo fue revisar los compuestos bioactivos de diferentes alimentos para determinar cómo las moléculas pueden contribuir a la prevención del Alzheimer.
Más de 50 millones de personas en el mundo, según información de los investigadores, viven con esta enfermedad neurodegenerativa. Eso bien lo sabe Ricardo Maccioni, científico chileno reconocido internacionalmente en el campo de las neurociencias por su teoría unificada de la enfermedad de Alzheimer (EA), Doctor en Ciencias de la Universidad de Chile, postdoctorado en Biomedicina de la Universidad de Colorado Health Sciences Center y Postdoctorado en NIH, quien investiga esta patología desde hace 50 años y lideró este estudio.
“Determinamos que algunas moléculas presentes en la miel, los berries, el ajo negro y las manzanas, ayudan a reducir procesos neuroinflamatorios en el cerebro. Por ejemplo, la miel además de ser un inmunoestimulante natural, también puede ayudar a prevenir el desarrollo del Alzheimer, a través de sus compuestos fenólicos (sustancias que tienen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antioxidantes, entre otras) que tienen efectos neuroprotectores”, explicó Camila Calfío, biotecnóloga de ICC, doctora especialista en la investigación de nutracéuticos y una de las investigadoras del grupo.
Según detallan los resultados del estudio, las manzanas poseen compuestos bioactivos como la quercetina, que además de ser una “notable molécula antinflamatoria, posee actividad antiagregante (protege las coagulaciones) de la proteína tau y esto es fundamental, pues en la EA, la proteína tau al modificarse de manera anómala, se autoagrega formando ovillos neurofibrilares (estructuras anormales) en el cerebro que conllevan a la muerte neuronal y finalmente pérdida de memoria”.
Otro de los aportes que plantea el estudio, es el rol que juegan los pre– probióticos (alimentos o suplementos que contienen microorganismos vivos destinados a mantener o mejorar las bacterias “buenas” del cuerpo) en el desarrollo y/o prevención de la EA: “El consumo de estos elementos mejora la flora bacteriana” aseguró Calfío, y agregó que “las bacterias benéficas liberan moléculas que van a mejorar la relación del eje intestino–cerebro, lo que es fundamental en la función cerebral”.
Ahora bien, muchos compuestos bioactivos están presentes en los alimentos, pero no en las cantidades necesarias para influir en la salud de las personas, reveló la investigación: “Muchos compuestos bioactivos, como por ejemplo los flavonoides (pigmentos naturales presentes en los vegetales y que protegen al organismo del daño producido por agentes oxidantes), están presentes en los alimentos, pero en bajas concentraciones en frutas y verduras, aunque si se usan en una preparación concentrada pueden contribuir fuertemente a la salud integral de las personas” planteó el estudio, así como también comprobó que cuatro extractos de plantas “mejoran la velocidad de procesamiento cerebral, la memoria, el aprendizaje y la concentración mental: berries, ajo, miel, manzana”.
“Aún no existe una cura para la enfermedad de Alzheimer, pero sí consenso internacional respecto de su prevención: atenuar los factores de riesgo puede reducir más del 40% de los casos”, sostuvo Maccioni, que fue galardonado con el Alzheimer Award 2011 por la Alzheimer’s Association, debido a su trabajo como investigador y autor de más de 180 publicaciones y más de 9800 citaciones a su obra, director de tesis doctorales y de magister de 57 científicos.
Este estudio se inserta en el marco de un programa global de investigaciones orientado al tratamiento de esta enfermedad y al control de su incidencia en Chile. Participan de manera relevante Camila Calfío, directora de Proyectos del ICC, así como Patricio Fuentes y Gonzalo Farias en los estudios clínicos, Andrea González en las investigaciones de neuro inmunología, Leonel Rojo en neurofarmacología y las jóvenes investigadoras Valentina Luttges, Maylin Wong y Antonia González.
Fuente: El Mostrador (Chile)