Un hallazgo sobresaliente a cargo de investigadores de la Universidad de Yale, han descubierto que una sola dosis de psilocibina, una sustancia que se encuentra en los hongos alucinógenos puede provocar un aumento en el número de conexiones neuronales. Este tratamiento natural podría convertirse en un poderoso aliado para combatir el trastorno depresivo mayor, trastornos cognitivos, emocionales y de memoria
A estas alturas a todos nos interesa resolver los problemas de salud física, mental y emocional de la manera más natural posible. Si bien el enfoque de la medicina y la ciencia siempre será el más importante, es innegable decir que los efectos secundarios de los fármacos pueden ser devastadores a largo plazo. Recientemente investigadores de la prestigiosa Universidad de Yale descubrieron que una sola dosis de psilocibina, una sustancia que se encuentra en los “hongos mágicos” puede provocar un aumento en el número de conexiones neuronales y con ello posicionarse como uno de los mejores tratamientos para la depresión mayor.
Las drogas psicodélicas, como el LSD y la psilocibina (que se encuentran en los hongos mágicos) son sustancias que inducen un estado alterado de conciencia. Lo cierto es que el estudio de estas poderosas sustancias tiene años de trayectoria y se cuenta con importantes referencias científicas que han reconocido su potencial terapéutico en los trastornos neuropsiquiátricos, incluida la depresión, el trastorno obsesivo compulsivo y el abuso de sustancias. En los últimos años han salido a la luz numerosos estudios sobre psicodélicos, entre los más populares se encuentran los relacionados con los efectos de la pscilocibina y que se han realizado con mayor intensidad desde el 2016. Todas las referencias coinciden en que la psilocibina, un alcaloide que se encuentra en algunos hongos alucinógenos, alivia los síntomas de la depresión rápidamente y lo mejor es que se relaciona con beneficios duraderos durante varios meses.
Como resultado de estos hallazgos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), en el año 2019 dio un paso importante y otorgó a la psilocibina el estado de “terapia innovadora” para el tratamiento de la enfermedad depresiva. Y también decidieron empezar con más estudios clínicos al respecto. Recientemente ha salido a la luz el estudio encabezado por Yale, publicado en la revista Cell-Neuron, en el cual demostraron que una sola dosis de psilocibina administrada a ratones provocó un aumento inmediato y sostenido de las conexiones entre las neuronas de la columna vertebral y la corteza frontal media.
Se cuenta con referencias previas de valor, que se suman de manera contundente y positiva. Tal es el caso de estudios previos en los que se encontró que los pacientes que sufren depresión o estrés crónico, sufren una condición llamada atrofia sináptica en la corteza prefrontal, en palabras más simples: una reducción en el número de conexiones neuronales. De hecho, se ha comprobado que se trata de una pérdida significativa que contribuye activamente al desarrollo de trastornos cognitivos, emocionales y de la memoria. Sabiendo esto, el estudio se centró en la capacidad de la psilocibina para aumentar la densidad de las espinas dendríticas, pequeñas protuberancias que se encuentran en las células nerviosas que facilitan la transferencia de información entre neuronas.
¿En qué consistió el estudio? Los investigadores utilizaron microscopía de dos fotones y observaron las famosas espinas dendríticas en ratones vivos durante varios días. Encontraron un aumento en la cantidad de espinas dendríticas y su tamaño dentro de las 24 horas posteriores a la administración de psilocibina. Según declaraciones del autor principal del estudio Alex Kwan, profesor de psiquiatría y neurociencia en Yale: “No solo vimos un aumento del 10% en la cantidad de conexiones neuronales, sino que en promedio eran un 10% más grandes, por lo que las conexiones también eran más fuertes.” Entre los hallazgos más relevantes los investigadores señalan que estos cambios todavía estaban presentes un mes después.
Cabe mencionar que aún queda mucho trabajo de investigación por realizar, sobre todo es importante enfocar estos descubrimientos en humanos. Por lo tanto, se aconseja cautela y precaución. Sin embargo, este tipo de descubrimientos llegan como una bocanada de aire fresco, para darle un giro a los tratamientos farmacológicos convencionales que suelen relacionarse con graves efectos secundarios a largo plazo. Finalmente, no existe nada más poderoso que la naturaleza y este tipo de metodologías lo comprueban.
Fuente: El Diario NY