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Inventa un endulzante para diabéticos que busca industrializar

El joven químico Miguel Lariagoiti encontró en el olote de maíz una solución para millones de personas afectadas por la enfermedad de la diabetes al transformar residuos orgánicos en endulzante.

Además del hallazgo, el innovador sustituto del azúcar Xilinat es parte de un exitoso emprendimiento sustentable que representa una sana alternativa y una sui géneris forma de enfrentar el cambio climático.

También busca ser una opción en el consumo de azúcar para disminuir las principales enfermedades que esta produce: cardiovasculares, diabetes, obesidad, hígado graso, cálculos renales, insuficiencia renal y caries.

Hasta hoy diversos estudios científicos (UNAM, IPN y revista Cell) han demostrado que no son “inertes” para el organismo: la sacarina, el aspartamo, la estevia y otros edulcorantes no nutritivos, como la sucralosa, pueden alterar el microbioma —el equilibrio de microorganismos gastrointestinales— y afectar la tolerancia a la glucosa.

La carencia de edulcorantes naturales que no tuvieran efectos colaterales movió a Miguel porque al ingresar a la universidad su padre fue diagnosticado con diabetes y la salud de su progenitor se agravó, no cuidaba su dieta y no le gustaba el sabor de los edulcorantes.

Esta situación hizo que el ingeniero químico pensara en un recurso para ayudar a su papá y a otras personas que padecen esta afectación. Así, en 2018, cuando tenía 28 años, se convirtió en el fundador de Xilinat, una empresa que desarrolló un sustituto de azúcar que no es dañino para la salud y tiene un impacto social y ambiental positivo.

Este año los creadores Xilinat sostienen que su producto tiene el mismo sabor que el azúcar y diversos beneficios a la salud: ayuda a la absorción de calcio en huesos, contiene pocas calorías, es totalmente seguro para diabéticos porque no necesita insulina para metabolizarse, protege de las caries y podría ser parte de dietas como keto o cetogénica baja en carbohidratos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó al xilitol como un endulzante seguro para quienes padecen diabetes (Tipo 1, 2 y gestacional), debido a que tiene un índice glucémico tan bajo (IG 7), que evita que se incrementen los niveles de glucosa en sangre.

La historia de cómo Lariagoiti consiguió concretar el edulcorante apto para prediabéticos y diabéticos es, sin duda, atractiva. Primero pensó en la creación de una pastilla que hiciera que los alimentos supieran más dulces. No obstante, los japoneses se adelantaron con una píldora utilizada para tomar sake. Un poco extraviado, fue citado por su hermana que estaba estudiando para ser odontóloga y quien le presentó un producto que se llama xilitol. Ella lo utilizaba en niños. En lugar de ponerles flúor les aplicaba esta solución, porque una de sus propiedades es la protección de dientes contra la caries.

Esta sustancia llamó poderosamente la atención de Lariagoiti, quien más adelante la utilizó. Entre tanto avanzó en los cursos de Ingeniería Química y conoció a la maestra Lorena Pedraza, una profesional con 25 años de experiencia en el aprovechamiento de residuos agrícolas. Junto a la ingeniera química, quien además es la primera socia de la empresa, comenzaron con la transformación de desperdicios orgánicos.

Impacto social

Recuerda el inventor del edulcorante que “fermentamos el olote de maíz y el resultado de este proceso es el xilitol, que después cristalizamos para la venta”. El proceso original para obtener xilitol utiliza la madera de abedul como materia prima y se extrae un carbohidrato que se llama xilosa, que los humanos no pueden metabolizar. Se recurre a una reacción química para transformarla en xilitol. En síntesis, Miguel cuenta con una patente que le permite reciclar residuos agrícolas como el olote de maíz para producir xilitol mediante una fermentación.

En la empresa Xilinat disminuyen en 40% los costos de producción porque en vez de abedul utilizan la mazorca desgranada con un proceso de fermentación que disminuye los costos energéticos y de la materia prima. El costo de producción de xilitol de abedul ronda los 3 o 3.5 dólares por kilo, mientras que en Xilinat está entre los 2 y 2.4 dólares.

Lo relevante del invento y el emprendimiento es su impacto social. La empresa trabaja con 13 familias de San Bernardino Tlaxcalancingo, Puebla, y de San Miguel Topilejo, en la alcaldía de Tlalpan. Un poco más de 63 personas se encargan de proveer el olote, materia prima de la cual se necesitan siete toneladas, por las cuales se les paga 500 dólares para la producción de una de xilitol. Este año la empresa se ha trazado el objetivo de vender doce toneladas de xilitol, para las cuales necesitarán 36 toneladas de mazorca de maíz.

Con el claro propósito de disminuir la huella ambiental y no comprometer los recursos naturales de generaciones futuras, por ejemplo, Xilinat mantiene la campaña en pro de un campo más sustentable. A través de la implementación de talleres de agricultura regenerativa con el objetivo de restaurar dos hectáreas de tierra de cultivo en la zona de Topilejo y Estado de México, también aporta, en cierta medida, a evitar la quema de residuos orgánicos a campo abierto.

Otra realidad es la caries temprana en niños relacionada en mayor parte por el consumo de azúcares; sin duda, el riesgo a desarrollar caries dental aumenta si los azúcares se consumen frecuentemente y si se quedan en la boca por periodos largos. En México diez millones de niños padecen caries, por lo que de cada bolsita de Xilinat vendida se destinarán cinco pesos para donar 500 kits dentales a niñ@s de las 16 alcaldías de la Ciudad de México.

En 2017 Xilinat fue incluida en la lista de principales innovadores de menos de 35 años del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).

Cuatro años después de su fundación, Xilinat ya comercializa en diferentes portales en internet, tiendas naturistas y algunas boutiques, manteniéndose como un emprendimiento creado por científicos e investigadores mexicanos que responde a problemáticas esenciales de salud pública y cuidado ambiental.

Sin embargo, Lariagoiti es consciente de que una de las principales barreras para introducir un producto de este tipo en la sociedad mexicana es la económica. Su argumento es muy lógico, porque lamentablemente este tipo de soluciones solo son accesibles para 30 o 35% de la población.

Consciente de haber logrado el endulzante natural Xilinat que además de saber igual al azúcar también previene y controla la diabetes tipo 1, 2 y gestacional, este emprendedor sigue obsesionado en lograr la industrialización de un producto que trae muchos beneficios a la sociedad mexicana.

Remitir la diabetes

Investigadores de la Universidad Agrícola de Hunan (China) aplicaron un tipo de dieta, bautizada como terapia nutricional médica china, que combinaba cinco días de ayuno en los que se tomaban 840 kilocalorías diarias a horarios controlados, seguidos de diez días en los que se comía de forma normal.

Casi 90% de los 36 voluntarios con diabetes, incluidos los que tomaban fármacos para rebajar los niveles de azúcar e insulina, pudieron reducir la medicación y 55% vio cómo su enfermedad remitía, por lo que pudieron dejar de tomar sus fármacos durante al menos un año.

Entre los participantes en el ensayo la pérdida media de peso fue de casi seis kilos, frente a un descenso de 200 gramos en el grupo que sirvió para comparar y siguió una dieta normal.

Dongbo Liu, autor del estudio, afirma que “la diabetes no es necesariamente una enfermedad para toda la vida”, sino que “puede remitir si los pacientes pierden peso cambiando su dieta y sus hábitos de ejercicio”.

Estudios muestran que hay un gran beneficio metabólico perdiendo entre 5 y 10% del peso corporal. El ayuno intermitente puede ser atractivo para mucha gente y lo importante es reducir el peso y mantenerlo, pero invariablemente debe ser supervisado por un médico.

Fuente: Vértigo Político

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