En la llamada “guerra de los quesos”, librada entre México y la Unión Europea como parte de la actualización del Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea (TLCUEM), la firme apostura de Bruselas acabó fundiéndose.
Así, las empresas mexicanas podrán seguir usando las palabras “manchego” y “parmesano” en la elaboración de sus quesos, informó la Comisión Europea tras llegar a un acuerdo de principios el sábado pasado en el TLCUEM.
Respecto al queso feta, otro punto espinoso en las negociaciones, México podrá seguir empleando esa denominación por un periodo de ocho años a partir de la activación del nuevo pacto.
La convivencia de los quesos mexicanos y europeos será posible en tanto se cumplan una serie de criterios relacionados con el origen, los ingredientes y el empacado.
Por ejemplo, el manchego mexicano deberá precisar que es elaborado con leche de vaca y no de oveja, como el de Castilla, España; tampoco deberá comercializarse con símbolos asociados al producto de origen, como mapas o banderas.
La miel mexicana también ha resultado ganadora en este conflicto, pues la cuota de 35 mil toneladas será reemplazada por el acceso libre de aranceles en un periodo de siete años.
Por su parte, México eliminará tarifas a productos agrarios europeos, como la pasta (por encima del 20%), el chocolate (20%), las manzanas y el durazno enlatado (20%).
Además, aceptó incluir por primera vez las compras de gobierno a nivel estatal. El Ejecutivo comunitario estima que se abrirán dos tercios de las compras mexicanas.
En otros temas…
La regla de origen en el sector automotriz terminó acercándose a la propuesta europea. El contenido no regional (UE-México) de los coches pasará de 40% a 45%, la misma regla aplicada por los europeos en los acuerdos con Corea y Japón.
Pese a la oposición por parte de diversas ONGs, México aceptó la controvertida fórmula europea en materia de protección de inversiones. Las futuras disputas serán resueltas por un nuevo tribunal multilateral sobre inversiones.
El TLCUEM será el primero en el que la UE incluya un capítulo de lucha contra la corrupción, con medidas de acción contra el soborno y el lavado de dinero.
“Servirá para presionar a México a cumplir con los compromisos internacionales asumidos”, explicó un alto funcionario de la Comisión Europea.
Las eventuales observaciones que emerjan serán resueltas a través de un mecanismo de solución de controversias; puede ser un foro de consulta entre gobiernos, un panel de expertos o la elaboración de un informe periódico. Aunque no se contemplan sanciones.
La Comisaria Europea de Comercio, Cecilia Malmström, destacó en conferencia ante los medios que el renovado TLCUEM es una muestra de que el comercio no supone únicamente un juego de suma cero y que “hoy es más importante que nunca construir puentes y no muros”.
Explicó que el siguiente paso es finalizar algunos aspectos técnicos, para pasar a la redacción del texto y su revisión jurídica.
Fuente: El Universal