Se estima que el consumo de esta sustancia provoca más de 500,000 muertes por enfermedades cardiovasculares cada año. Con este motivo, la Organización Mundial para la Salud ha presentado un paquete de medidas para erradicar las grasas trans producidas industrialmente del suministro de alimentos.
Las grasas hidrogenadas, también denominadas trans, están presentes en los productos de pastelería, las bolsas de papas y muchos de los aceites que utilizan desde los vendedores ambulantes de comida hasta los cocineros de los mejores restaurantes.
Se producen industrialmente porque se conservan más tiempo que otras grasas. Además, se encuentran naturalmente en alimentos derivados de determinadas carnes y productos lácteos.
La necesidad de reducir los riesgos que su ingesta produce en nuestra salud ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS, de la ONU) a crear una serie de directrices para guiar a los países a la hora de suprimir estas grasas artificiales de la oferta alimentaria, dado que existen alternativas más sanas que no afectan al sabor ni al precio de la comida.
“Aplicar las seis medidas estratégicas de la guía REPLACE ayudará a eliminar las grasas trans y representa una victoria en la lucha mundial contra las enfermedades cardiovasculares”, señaló n un boletín oficial su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Sin grasas hidrogenadas
La Organización pretende que los Estados se comprometan a eliminar estas grasas trans producidas industrialmente, para lo que propone:
Revisar la situación nacional.
Promover el reemplazo por otras fuentes de grasas más sanas.
Prohibir las grasas trans.
Evaluar el contenido en la cadena alimentaria.
Crear conciencia entre la población y la industria.
Aplicar la nueva legislación.
Las medidas para frenar el consumo de tabaco han permitido un gran avance durante esta última década, y “una actitud similar con respecto a las grasas trans puede ayudarnos a alcanzar el mismo progreso en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares”, declaró el embajador de la Organización Mundial de la Salud para Enfermedades No Transmisibles, Michael R. Bloomberg.
Una estrategia global
Varios países de ingresos altos prácticamente han eliminado estas sustancias producidas industrialmente, imponiendo límites legales a su cantidad en los alimentos envasados o prohibiendo los aceites hidrogenados, que constituyen la principal fuerte de grasas trans industriales.
En Dinamarca, el primer país en aplicar este tipo de restricciones, se observó una disminución del contenido de grasas trans industriales en productos alimenticios, al mismo tiempo que un descenso del número de muertes por enfermedades cardiovasculares, que fue más rápido que el experimentado en otros miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Economicos (OCDE).
Sin embargo, la situación resulta inquietante en los países con ingresos medios y bajos, donde los controles sobre la producción de alimentos con grasas hidrogenadas son más débiles y los riesgos para la salud más altos.
Consumo de grasas hidrogenadas
Las dietas basadas en el consumo de elevadas cantidades de grasas trans incrementan el riesgo de sufrir un ataque al corazón un 21% y el de muerte un 28%. Además, disminuyen los niveles de colesterol HDL de las arterias y los trasladan al hígado, y se cree que pueden aumentar los riesgos de inflamación.
“La grasa trans es una sustancia tóxica e innecesaria que mata y no existe ninguna razón para que la gente de todo el mundo se encuentre expuesta a ella”, indicó Tom Frieden, presidente y director ejecutivo de Resolve to Save Lives, una iniciativa encaminada a reducir el número de muertes por enfermedad cardiovascular.
Programa General de Trabajo
Suprimir las grasas hidrogenadas de la oferta alimentaria constituye una de las prioridades del plan estratégico de la Organización Mundial de la Salud para 2019-2023.
El Programa se enmarca en la agenda de la 71ª Asamblea Mundial de Salud, que tiene lugar en Ginebra entre el 21 y el 26 de mayo de este año y forma parte del compromiso de las Naciones Unidas para reducir en un tercio las muertes por enfermedades no transmisibles de cara al año 2030.
“El mundo se embarca en la Década de Acción sobre Nutrición, usándola como guía para mejorar el acceso a una alimentación y nutrición saludables. La OMS también utiliza este hito para trabajar con los gobiernos, el sector de la alimentación, los expertos y la sociedad civil para hacer que los sistemas alimenticios sean más sanos para las generaciones futuras, en lo que se incluye eliminar las grasas trans producidas industrialmente”, señaló Tedros.
Fuente: ONU