La Universidad de Alicante (UA) desarrolla un material creado a partir de corazones de piña que protege la carne un 15 % más de tiempo. El invento está fabricado con residuos agroalimentarios procedentes de la industria de procesado de la fruta que son aptos para almacenar productos cárnicos.
Los investigadores de Química Analítica, Nutrición y Bromatología de la UA aseguran que a través del proyecto de economía circular Valpipack se puede aumentar la vida útil de la carne aprovechando las sobras de la piña. Estos residuos suponen 435,000 toneladas anuales y representan un problema medioambiental y la pérdida de 360 millones de euros en su gestión.
La investigadora principal del proyecto y profesora de la UA Ana Beltrán, explica que de toda la piña que importa la Unión Europea, “aproximadamente la mitad pasa a venta directa y la otra mitad se procesa. El 60% del producto generado durante esta fase de procesado se corresponde con subproductos como la corona, la piel y el corazón de la piña”.
Los derivados de la fruta se destinaban tradicionalmente a la alimentación animal, residuos en vertederos o se han quemado para producir energía. No obstante, añade la investigadora de la UA, estos subproductos constituyen una fuente potencial de sustancias de alto valor añadido que, como en el caso de la zona central, el corazón de la piña, “tiene una composición muy interesante con propiedades antioxidantes”.
Del corazón de la piña los investigadores han extraído sustancias bioactivas. Los investigadores de la UA han validado su efecto antioxidante en productos como la carne picada. La vida útil de estos productos cárnicos es muy limitada, situándose entre los 4 y los 10 días según el producto y sus condiciones de almacenamiento.
“Un aumento de la vida útil de estos alimentos puede contribuir a reducir las pérdidas por deterioro durante el almacenamiento y la comercialización y a ampliar la zona de distribución de los productos cárnicos”, matiza el catedrático de la UA y también miembro del proyecto Valpipack José Luis Todolí.
El envase tipo película flexible con una estructura multicapa mucho más simplificada es más fácilmente reciclable y el efecto antioxidante permanece mientras el material siga en contacto con el alimento, en comparación con los métodos tradicionales, como el envasado en atmósfera modificada (conocido como MAP). “Lo más destacable de este envase activo es que no solo extiende la vida útil de los alimentos mientras están envasados, sino también tras la primera apertura de dicho envase”, señala Todolí.
En este momento el equipo está realizando ensayos y análisis sensoriales en productos alimentarios susceptibles de sufrir reacciones de degradación oxidativa como la carne burger meat y el jamón loncheado.“Esperamos que este nuevo envase activo basado en residuos de piña proporcione una nueva solución de envase a las empresas del sector cárnico y podamos contribuir a la sostenibilidad medioambiental y a reducir el desperdicio de alimentos”, insisten.
Desde su puesta en marcha, en 2022, este proyecto ha conseguido varios reconocimientos como el Premio Emprendimiento Femenino de AEPA en los Premios Impulso 2023, ha formado parte de varios programas para impulsar proyectos de emprendimiento científico y tecnológico.
Uno de estos proyectos fueron los programas ua: emprende Lean CT y Sprint Valoriza, ambos de la Universidad de Alicante, y ha sido seleccionado para participar en el programa LLAMP Tech Transfer, una iniciativa de la Dirección General de Emprendimiento y Cooperativismo de la Generalitat Valenciana y respaldado por la Red de Universidades Valencianas para el fomento de la I+D+i (RUVID).
Fuente: El Español