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Los hongos utilizados en la producción de alimentos podrían dar lugar a nuevos probióticos

Muchas cepas de hongos han sido utilizadas y seleccionadas por la industria alimentaria por sus capacidades para fermentar, producir aromas o producir moléculas heterólogas. Ahora un nuevo estudio, publicado en la revista ‘mSystems’, de la Sociedad Americana de Microbiología, revela que dos hongos utilizados para elaborar productos alimenticios tienen posibles efectos probióticos sobre la inflamación intestinal.

“Hay mucho que aprender estudiando el papel de las cepas fúngicas en la microbiota y la salud del huésped, y también que especies simplemente utilizadas en procesos alimentarios pueden ser fuente de nuevos probióticos”, afirma el autor principal del estudio, el doctor Mathias L. Richard, Director de Investigación del INRAE en el Instituto Micalis de Jouy-en-Josas (Francia).

Hasta la fecha, se sabe muy poco sobre la diversidad de las levaduras transmitidas por los alimentos y su posible efecto en la microbiota y la salud intestinales. Las levaduras son hongos microscópicos formados por células solitarias que se reproducen por gemación. Algunas se han utilizado durante cientos de años, como ‘Saccharomyces cerevisiae’ para la producción de vino y pan, o muchas otras para la producción o maduración de cortezas de queso, como ‘Debaryomyces hansenii’.

Los investigadores realizaron el nuevo estudio porque trabajan para ampliar los conocimientos sobre el efecto potencial de la microbiota fúngica en la salud humana. En este estudio concreto, la idea era centrarse específicamente en los hongos que utilizan las empresas alimentarias para elaborar productos alimenticios (quesos, embutidos).

“Como nuestro interés se centra más en el papel de los hongos en la salud intestinal y en el desarrollo de enfermedades inflamatorias intestinales (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa), controlamos el efecto de estos hongos en modelos adaptados in vitro e in vivo“, explica Richard.

Los investigadores seleccionaron primero levaduras de uso intensivo en la producción de alimentos y representativas de una amplia gama de especies de levaduras diferentes, y luego las probaron en ensayos de interacción simples con células humanas cultivadas o en un modelo animal específico que imitaba la colitis ulcerosa.

Descubrieron que, en la colección de cepas utilizadas para la producción de alimentos, algunas cepas pueden tener un efecto beneficioso sobre el intestino y el huésped en contexto inflamatorio. Identificaron 2 cepas de levaduras, ‘Cyberlindnera jadinii’ y ‘Kluyveromyces lactis’, que tenían efectos beneficiosos potenciales en contextos inflamatorios en un modelo de ratón de colitis ulcerosa.

Se realizaron varios experimentos adicionales para intentar descifrar el mecanismo que subyace a estos efectos. En el caso de ‘C. jadinii’, la protección parecía estar impulsada por la modificación de la microbiota bacteriana tras la administración de ‘C. jadinii’ a los ratones, lo que a su vez modificaba la sensibilidad a la inflamación intestinal mediante un mecanismo aún desconocido.

“Nunca se habían descrito específicamente estas dos cepas con un efecto tan beneficioso, por lo que, aunque haya que estudiarlo más a fondo, y sobre todo para ver su eficacia en humanos, se trata de un descubrimiento prometedor”, afirma Richard.

Las cepas ‘C. jadinii’ y ‘K. lactis’, tienen potencial como cepas de levadura probiótica para luchar contra la inflamación intestinal, pero se necesitan más estudios para comprender los mecanismos por los que estas cepas actúan sobre la salud intestinal.

Fuente: Infosalus

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