El mercado de los sustitutos de la carne hechos a base de proteína vegetal –la soya o los chícharos– está creciendo en España. La facturación de las empresas que se dedican al plant-based alcanzó 86.5 millones de euros en el 2020, un 31% más que el año anterior, según datos de la consultora Nielsen. Entre las empresas del sector destacan Heura, Flax and Kale, Zyrcular Foods y otras marcas de Estados Unidos, como Beyond Meat o Impossible Foods, además de la oferta de los principales supermercados.
Esta subida de las ventas confirma que el sector está en auge, pero también demuestra que las cifras se encuentran a años luz de la industria cárnica tradicional, que el año pasado ingresó 27.959 millones, un 4% más, según los datos de la patronal Anice. Y es que durante el primer año de pandemia el consumo de carne animal creció un 10.5% hasta los 2,305 millones de kilos, según el Ministerio de Consumo.
De hecho, el sector de la carne plant-based considera que las ventas podrían haber crecido más si no fuera por la pandemia. “En tiempos de crisis, el consumidor es más conservador y su comportamiento sigue la tendencia del back to basics, el regreso a los básicos, hecho que penaliza la introducción de productos innovadores en el mercado”, comenta Santiago Aliaga, director de Zyrcular Foods, la empresa de sustitutos de la carne propiedad de la familia Vall, que a su vez es dueña del grupo cárnico Vall Companys.
Además, Aliaga comenta que este sector ha sufrido problemas de suministro a nivel internacional a causa de las dificultades en el tráfico marítimo y para la obtención de maquinaria, entre otros. Las marcas dependen en buena parte de la importación de soya de países como EE.UU., Brasil y Argentina, y de la compra de chícharos, que se produce en India, China y EE.UU.
Nielsen también revela que la carne vegetal todavía tiene un peso poco significativo dentro de la industria plant-based española. Son las leches vegetales (avena, soya, almendra), con más años de trayectoria que las carnes, las que aportan un volumen de negocio más significativo, de 318 millones en el 2020. En total, el sector plant-based (que también incluye yogures) alcanzó unas ventas de 448 millones en el 2020, un 18% más que en el 2019 y un 48% más que hace dos años.
El crecimiento de este sector forma parte de la agenda política y económica del país por cuestiones de impacto ambiental y salud del consumidor. En España, la industria cárnica es responsable del 14.5% de emisiones de gases invernadero, según la FAO, y el consumidor ingiere una media de un kilo de carne animal a la semana, cuando la cantidad recomendada es de entre 200 y 500 g, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria. Así, parece clara la necesidad de apostar por los sustitutos de la carne, sean hechos a base de legumbres o tofu –tal y como empezó el sector hace décadas– o a base de chícharos o soya, con técnicas innovadoras que logran imitar el sabor y la textura originales.
A escala europea, el país que lleva la delantera es el Reino Unido, con ventas de 503 millones en sustitutos de la carne, según datos de Nielsen. Le sigue Alemania, donde los ingresos anuales han crecido un 127% hasta los 171 millones (aunque en este país Nielsen solo computa productos veganos y no vegetarianos). También es destacable el peso que tiene el sector en Italia, con 176 millones de facturación, o los Países Bajos, con 174 millones.
Fuente: La Vanguardia