La composición gráfica que ofrece el escudo mexicano aporta como ningún otro emblema elementos naturales que aluden a la diversidad biológica de México: el nopal, el águila, la serpiente, caracoles, ramas de encino y de laurel, al tiempo que representa los grandes valores culturales y épicos encarnados en un ave llamada “águila suprema” por los antiguos mexicanos. Del nopal son los mayores y más antiguos registros que se tienen.
Este vegetal habría sido domesticado hace nueve mil años y, junto con el maguey, el maíz y el frijol, fue el alimento principal de los grupos chichimecas. Ellos lo llamaron nohpalli, voz náhuatl que se transformó en nopal a la llegada de los españoles.
En México se cultivan de 60 a 90 especies de nopales, que son uno de los recursos de mayor importancia económica de la flora por sus varias propiedades nutritivas, químicas, industriales, ecológicas, medicinales y simbólicas, según la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad mexicana (CONABIO).
La UNAM ha realizado varias investigaciones en cuanto a las propiedades del nopal.
En la FES Cuautitlán se esperan dos patentes por trabajos desarrollados con el mucílago (es una sustancia vegetal viscosa, coagulable en alcohol) del nopal y sus aplicaciones en áreas cosméticas y farmacéuticas.
Mientras que en el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR), unidad Oaxaca, el mucílago de nopal utilizado en la construcción ha demostrado mejorar las propiedades del concreto tanto en su estado fresco como endurecido.
Ahora, Shirley Kimberly Enríquez, estudiante de Ingeniería en Energía y Desarrollo Sustentable de la Universidad del Valle de México, desarrolló Noptec, una cápsula de mucílago de nopal, que puede purificar un litro de agua por cápsula.
Debido a que el proceso de deshidratación del nopal para obtener el mucílago se lleva a cabo con una estufa solar creada por estudiantes de Ingeniería en Mecatrónica de la misma universidad, Noptec representa una propuesta sostenible y libre de emisiones de CO2 para la purificación de agua, al no emplearse combustibles fósiles en ninguna parte del proceso.
Kimberly Enríquez explicó que Noptec surgió como una alternativa para contribuir a resolver el problema de acceso al agua potable que padecen algunas comunidades marginadas en México y el mundo.
El proceso de desarrollo de las cápsulas inicia con la separación de la epidermis del nopal; posteriormente, se procede al escaldado del cladodio y para ello se utiliza una cocina solar. Luego se lleva a cabo un filtrado, la materia sobrante se coloca en “baño maría”, y finalmente se realiza la precipitación y secado del mucílago para triturarlo y colocarlo en cápsulas.
De acuerdo con las pruebas realizadas en laboratorio por Kimberly Enríquez, cada cápsula de Noptec de un gramo logra purificar el agua de bacterias, sales minerales y metales pesados como el selenio y el plomo.
Fuente: UNAM Global