Inglés

Molécula presente en alimentos que mejoraría la calidad de vida en el envejecimiento

La molécula harmol se forma con facilidad en el organismo humano. El IMDEA Alimentación acaba de descubrir que este tipo de compuesto, muy común en el café, facilita principalmente la activación celular y de nuestro sistema esquelético durante la vejez.

A medida que avanza el siglo XXI, cada vez es más común encontrarse con nuevos avances médicos que mejoren los actuales niveles de vida. Por esta clase de motivos, la esperanza ha aumentado significativamente en los recientes años. Y es que se ha pasado de vivir una media de 83.1 años, dada la información del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2021, a cifras globales actuales más cercanas a los 100 años, sobre todo en países como Japón o España.

Junto a ello, las mejoras humanas también pueden relacionarse con diversidad de compuestos alimenticios. Recién, el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (IMDEA) Alimentación ha añadido al harmol a esta amplia lista. Curiosamente, una molécula que forma parte de las hojas de tabaco, así como de algunas comidas y bebidas que habituamos a colocar en la mesa, como son las carnes; pescados; cereales o los cafés.

Una de las investigaciones del centro ha determinado que, de entre todos sus efectos, el harmol mejora la calidad de vida durante el envejecimiento. Este efecto positivo en la vejez se debe a los beneficios que genera en las funciones esqueléticas; parámetros metabólicos y en la activación celular, la cual se deteriora desde los 80 años dando lugar a pérdidas de energía; masa y potencia muscular; y a una mayor debilidad.

En el análisis también se ha detectado que el compuesto hace progresar de manera positiva la tolerancia a la glucosa, la sensibilidad a la insulina y la acumulación de lípidos hepáticos en modelos prediabéticos. Además, este estudio, realizado con la colaboración del Instituto de Investigación Sanitaria (INCLIVA), se ha extendido a dos modelos de invertebrados y a animales viejos. En estos últimos, el harmol contribuye a su fortalecimiento (pérdida de fragilidad).

Cabe destacar que no se han encontrado toxicidades ni casi impactos sobre el sistema nervioso central, lo que hace de este trabajo una aportación importante de cara a una senectud tranquila y saludable.

Fuente: A Tres Media

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *