Los resultados de un estudio clínico controlado y aleatorizado publicado recientemente en la revista ‘Journal of the American College of Cardiology’ indican que las personas de edades entre 65 y 75 años que consumieron nueces a diario durante 2 años, en comparación con quienes no comieron nueces, mostraron una reducción de diversas moléculas inflamatorias circulantes, indicando un efecto antiinflamatorio asociado con un menor riesgo de enfermedad cardíaca.
La investigación fue parte del estudio WAHA (Walnuts and Healthy Aging / Nueces y el envejecimiento saludable), el ensayo de mayor tamaño y mayor duración llevado a cabo hasta la fecha para examinar los beneficios para la salud del consumo diario de nueces.
El estudio, realizado por el doctor Emilio Ros, del Hospital Clínic de Barcelona, en colaboración con la Universidad de Loma Linda en California (Estados Unidos), evaluó a más de 600 adultos mayores sanos que consumieron de 30 a 60 gramos de nueces al día como parte de su dieta típica o siguieron su dieta habitual, sin nueces, durante dos años.
Aquellos que consumieron nueces tuvieron una reducción significativa de la inflamación, medida por la concentración de marcadores inflamatorios conocidos en la sangre, que se redujeron hasta en un 11,5 por ciento. De los 10 marcadores inflamatorios que se midieron en el estudio, seis se redujeron significativamente con la dieta de nueces, incluida la interleucina-1B, una potente citoquina pro-inflamatoria cuya inactivación farmacológica se ha asociado fuertemente con tasas reducidas de enfermedad coronaria.
La conclusión del estudio es que los efectos antiinflamatorios de las nueces proporcionan una explicación mecanicista para la reducción de las enfermedades cardiovasculares asociada a su consumo, más allá de la reducción del colesterol.
“La inflamación aguda es un proceso fisiológico que se debe a la activación del sistema inmunológico por lesiones como traumatismos o infecciones, y es una defensa importante del cuerpo. La inflamación a corto plazo nos ayuda a curar heridas y combatir infecciones, pero la inflamación que persiste con el tiempo (crónica), causada por factores como la mala alimentación, la obesidad, el estrés y la presión arterial alta, es dañina en lugar de curativa, particularmente cuando se trata de la salud cardiovascular. Los hallazgos de este estudio sugieren que las nueces son un alimento que podría disminuir la inflamación crónica, lo que ayudaría a reducir el riesgo de enfermedad cardíaca, una patología a la que nos volvemos más susceptibles a medida que envejecemos”, explica Ros.
La inflamación crónica es un factor crítico en el desarrollo y progresión de la aterosclerosis, es decir, la acumulación de placa o “endurecimiento” de las arterias, la principal causa de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Por lo tanto, la gravedad de la aterosclerosis depende en gran medida de la inflamación crónica, y los cambios en la dieta y el estilo de vida son clave para mitigar este proceso.
Si bien la evidencia científica existente establece que las nueces son un alimento saludable para el corazón, los investigadores continúan investigando el “cómo” y el “por qué” detrás de los beneficios cardiovasculares de las nueces. Según Ros, “las nueces tienen una composición óptima de nutrientes esenciales como el ácido alfa-linolénico, el omega-3 vegetal (2,7 gramos por porción de 30 gramos), y otros componentes altamente bioactivos como los polifenoles, que probablemente desempeñan un papel importante en su efecto antiinflamatorio y otros beneficios para la salud”.
Los hallazgos del estudio también fueron reforzados por un editorial de la misma publicación, que concluye que un mejor conocimiento de los mecanismos de protección de la salud por los diferentes alimentos y dietas, principalmente por sus propiedades antiinflamatorias, debería incluir información acerca de opciones de alimentos más saludables (como incluir nueces regularmente en la dieta habitual).
Si bien estos resultados son prometedores, la investigación tiene limitaciones. Los participantes del estudio eran adultos mayores sanos y autónomos con la opción de comer una variedad de otros alimentos además de las nueces. Además, se necesita más investigación en poblaciones más diversas y desfavorecidas.
Fuente: Infosalus