La ciencia sobre la relación entre intestino y cerebro es cada vez más abundante. Estos son los mejores alimentos para la microbiota y la salud mental.
Se llama psicobióticos a los alimentos probióticos y prebióticos que impactan en el estado mental debido a su interacción con la microbiota intestinal. Esta interacción se conoce como eje intestino-cerebro y es un campo de investigación creciente para tratar depresión, ansiedad, demencia, así como enfermedades digestivas como el síndrome del intestino irritable.
Una reseña en el Journal of Food and Drug Analysis define a los psicobióticos como “un grupo de probióticos que afectan las funciones y los comportamientos relacionados con el sistema nervioso central mediados por el eje intestino-cerebro a través de vías inmunitarias, humorales, neurales y metabólicas”.
Según Deborah Lee, médica y escritora de Dr. Fox Online Pharmacy, el concepto se originó tras observar la coexistencia de condiciones de salud mental y gastrointestinales.
“Los investigadores se han dado cuenta de que los centros cognitivos y emocionales del cerebro están íntimamente conectados con el intestino, de modo que los pensamientos y las emociones afectan directamente los reflejos intestinales, la permeabilidad de los intestinos, las respuestas inmunitarias intestinales y la señalización hormonal dentro de la pared intestinal. Ahora sabemos que esta relación es bidireccional”, explicó a Live Science.
Otra reseña en la revista Biological Psychiatry encontró que los psicobióticos se han mostrado prometedores en el tratamiento del síndrome del intestino irritable, la depresión y el síndrome de fatiga crónica, posiblemente debido a sus propiedades antiinflamatorias.
Según el profesor Glenn Gibson, que trabaja en Microbiología Alimentaria en la Universidad de Reading, Reino Unido, la investigación sobre psicobióticos está todavía en curso: “Se está analizando cómo la dieta puede influir en los psicobióticos para producir neurotransmisores que se fabrican en el intestino, pero llegan al cerebro a través del torrente sanguíneo. El nervio vago también está involucrado”.
El estrés crónico conduce a niveles elevados de cortisol, la hormona del estrés, que desactiva la respuesta inmunitaria local y aumenta la permeabilidad intestinal. Al restaurar la microbiota intestinal a una flora saludable se reduce la producción de cortisol y restaura el entorno normal.
De hecho, una revisión de 2021 en la revista Nutrients señaló que existe un vínculo entre las anomalías en la barrera intestinal y la depresión, y que los psicobióticos muestran potencial para ayudar en ambos aspectos.
Ahora bien, ¿qué alimentos se consideran psicobióticos?
Una revisión de 2021 en la revista Modern Trends in Psychiatry indica que alentar a los pacientes con depresión a comer una dieta variada y rica en alimentos fermentados puede ayudar, debido al impacto que tiene la dieta basada en plantas en la microbiota intestinal.
Por otro lado, la psiquiatra e investigadora Amanda Rodríguez-Urrutia y miembro del servicio de Salud Mental del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, dijo a InfoSalud que la dieta mediterránea es “por definición, la dieta con más capacidad antidepresiva”. Según la experta, tiene poder antiinflamatorio y es protectora de la barrera intestinal.
La gastronomía de los países que bordean el mar Mediterráneo incluye principalmente derivados de plantas: cereales integrales, aceite de oliva, frutas, verduras, legumbres, nueces, hierbas y especias. Además, la principal fuente de proteína animal es el pescado, permite el consumo moderado de vino tinto y reduce al mínimo los ultraprocesados.
Fuente: Urgente 24