En el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo se busca extraer las propiedades funcionales de esta especia para contribuir a la elaboración de suplementos dirigidos a atender ciertas patologías.
El orégano es una planta muy importante a nivel mundial, tanto por sus propiedades culinarias, los sabores que imparte en la cocina, así como en la medicina tradicional, ya que se considera parte de la medicina herbolaria.
En la unidad Culiacán del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo se investiga a través de un estudio sobre las propiedades funcionales para la salud que tiene el orégano, explica el doctor José Basilio Heredia del área de Nutracéuticos, quién es encargado del proyecto.
En CIAD trabaja en la extracción de los compuestos activos, como el aceite esencial que es muy aromático; el proyecto consiste en evaluar los compuestos químicos, luego, ciertas capacidades antioxidantes y la capacidad antiinflamatoria.
Se utiliza una variedad de orégano que es nativa de Sinaloa, de la zona de Surutato; la otra la recolectan de Durango con una empresa que ya comercializa el extracto de la planta y la variedad se obtuvo de la Baja California Sur, de la Paz específicamente; con esas tres especies se trabaja gracias al financiamiento de Conacyt, un millón y medio de pesos para ejercer en tres años.
Basilio Heredia señala que hay un poco más de 62 especies de orégano que se conocen en el mundo, las dos más importantes por su nombre común son un orégano europeo y un orégano mexicano. Cada uno tiene especies de diferentes familias, no es un sólo nombre científico, por lo que la diversidad lo hace de mucho mayor interés para su estudio.
La diferencia que existe entre ellos se debe principalmente a los compuestos químicos —explica— que aportan eventualmente diferentes funciones a la salud más allá del sabor, que es lo primero que se detecta cuando se consume orégano europeo. Por todo ello es considerada una planta de mucho interés.
El doctor explica que se habla mucho de los nutracéuticos, por lo que el proyecto está enfocado a esa área de investigación, específicamente en la biodisponibilidad, que tiene que ver con la línea de qué se consume y saber realmente qué garantía se tiene de que va a dar un beneficio.
“Los estudios de biodisponibilidad tienen que ver con el seguimiento de un compuesto o de un alimento, suplemento, nutracéutico, desde que va por la boca hasta que llega al estómago y ver qué tanto se absorbe en plasma, en sangre y es transportado al sitio donde lo requerimos, en los órganos, para que vaya y actúe”, destaca.
Como parte de la investigación, el CIAD simula el cuerpo humano para saber qué tanto del compuesto de orégano es absorbido en el cuerpo de una persona, a través de estudios in vitro y ver si realmente mantienen una función al ser transportados en el plasma.
“Queremos aportar un granito de arena con las investigaciones que comienzan en ensayos de laboratorio, hasta llegar a individuos, a personas. Ya que todos los fármacos pasan por esa etapa, y este tipo de proyectos tienen que llegar a ese punto, pero este proyecto es una etapa inicial”, comenta.
“Este proyecto tiene el propósito de incidir a través del conocimiento y generar esa información sobre el orégano, porque se da en Sinaloa y es un producto que comúnmente se tiene en todas las cocinas. Ya que sabemos qué hay ahí y cómo actúa, se pueden elaborar suplementos dirigidos a ciertas patologías”.
Destaca que el uso de estas plantas se aplica mayormente con conocimiento empírico y se ha venido haciendo desde hace muchos años a través de la medicina tradicional, pues así se originó en el mundo de la salud con el uso de plantas.
“No todos los individuos responden igual a los tratamientos y la dosis utilizada es para uso doméstico, por lo que se requiere saber cuánto remedio se debe poner y en cuánto de agua a temperatura casi de ebullición, por un tiempo estimado, para generar una inactivación en cuestiones microbianas”, explica.
“La información de cómo se usa, por cuánto tiempo se puede usar, es la que el CIAD está comenzando a generar a través del proyecto, para acompañar lo que tradicionalmente se hace desde el uso empírico; el enfoque del proyecto es llegar a generar un producto más allá del uso de una planta donde el ingrediente activo se encuentra en muy baja concentración; nosotros queremos extraer esos compuestos y llevarlos a otros vehículos donde se garantice la inocuidad, la dosis y se establezca un suplemento en pastilla, cápsula o concentrado”, detalla el investigador.
Se utiliza una variedad de orégano que es nativa de Sinaloa, de la zona de Surutato; la otra la recolectan de Durango con una empresa que ya comercializa el extracto de la planta y la variedad se obtuvo de Baja California Sur, de la Paz específicamente.
Fuente: Noroeste