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Prebióticos: aliados contra enfermedades y refuerzos para la barrera intestinal

La mayoría de bacterias digestivas cumplen una función positiva, siempre que se queden en el intestino y no alcancen otros órganos. Si traspasan la barrera intestinal, pueden diseminarse, llegar a órganos como el hígado y provocar inicialmente inflamación y más adelante trastornos de tipo metabólico y autoinmune.

Para que unas bacterias no se escapen, otras deben actuar como guardianas. Un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), dirigido por el doctor Valentín Fuster, en colaboración con el Departamento de Inmunología de la Universidad Complutense, ha descubierto que las bacterias del género de los Lactobacillus refuerzan la barrera intestinal.

Las bacterias digestivas colaboran con las inmunitarias

Los científicos han hallado que estas bacterias contienen o producen unas moléculas que estimulan a través de un receptor específico, denominado Mincle (Clec4e), a las células inmunitarias dendríticas cuya función es fortalecer la barrera intestinal. Se establece, por tanto, una relación simbiótica de beneficio mutuo que promueve la salud del organismo entero.

Los investigadores han podido comprobar que la administración de microorganismos como los Lactobacillus durante el desarrollo temprano de los ratones refuerza la barrera intestinal mediante su interacción con el receptor Mincle, según María Martínez-López, autora que lidera el estudio.

Martínez-López y sus colegas esperan que el hallazgo sirva para diseñar un tratamiento a base de probióticos (bacterias) o prebióticos (alimentos que favorecen la multiplicación de las bacterias beneficiosas) para tratar una variedad de enfermedades.

Por ejemplo, podría ser útil para tratar alteraciones del metabolismo de las grasas, como la colesterolemia o los triglicéridos elevados.

La bacteria del chucrut

En la experimentación se recurrió a la bacteria Lactobacillus plantarum, una de las principales responsables de la fermentación del chucrut. Investigaciones anteriores, realizadas con cepas de L. plantarum habían probado sus propiedades antiinflamatorias.

Fuente: Cuerpo Mente

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