La investigación demuestra los beneficios del uso de compost agroindustrial con propiedades biofertilizantes e inductor de propiedades saludables en los cultivos de lechuga y espinaca.
El Grupo de Investigación Aplicada en Agroquímica y Medio Ambiente (GIAAMA) de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche participa en un proyecto que demuestra, entre otras cuestiones, los beneficios que tiene el uso de compost agroindustrial con propiedades biofertilizantes e inductor de propiedades saludables en los cultivos de lechuga y espinaca baby-leaf como alimento mínimamente procesado en fresco (MPF). El estudio, también, demuestra los beneficios del uso de este compost como biopesticida frente a diferentes fitopatógenos de estos cultivos, dentro de una agricultura intensiva sostenible.
En el proyecto RETOS de la Agencia Estatal de Investigación, titulado “Obtención y validación de compost como biofertilizante, inductor de resistencia a fitopatógenos y de cualidades saludables en el marco de una producción intensiva sostenible” participan, además de la UMH, investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT).
El uso de compost agroindustrial presenta propiedades biofertilizantes y es inductor de propiedades saludables como, por ejemplo, vitaminas o antioxidantes, así como actividad supresiva frente a plagas y enfermedades de la lechuga (Pythium irregulare) y la espinaca (Peronospora farinosa). También, los autores del proyecto investigan si estos biofertilizantes sirven para mejorar el estado nutricional y aumentar las propiedades saludables para la dieta.
Según los investigadores, los fertilizantes tradicionales aplicados al suelo pueden emitir gases de efecto invernadero (calentamiento global) como metano, óxidos de nitrógeno y dióxido de carbono. La sustitución de la fertilización tradicional con estos neoproductos puede servir para mitigar la emisión de estos gases. Los autores de este proyecto analizan la emisión de estos gases en fincas comerciales de Murcia y Alicante.
También, han conseguido aumentar el secuestro de C en el suelo agrícola con estos biofertilizantes, otra herramienta de mitigación, (los residuos orgánicos convertidos en biofertilizantes son de origen vegetal y todo el C que contienen procede de la atmosfera vía fotosíntesis. Al aplicarse al suelo, ese C queda secuestrado en el suelo por un periodo variable de tiempo, por lo que retira C de la atmósfera, reduciendo el calentamiento global terrestre).
En este trabajo, la UMH desarrolla trabajos de teledetección y agricultura de precisión, a través del uso de drones con cámaras multiespectrales, que permiten hacer un seguimiento no destructivo del desarrollo de los cultivos (altura, vigor, actividad fotosintética, estatus hídrico y afecciones por plagas). Con esta estrategia, los investigadores hacen seguimientos periódicos del cultivo y pueden obtener datos en tiempo real de desarrollo vegetativo (altura, cobertura vegetal). También, desarrollan algoritmos que permiten estimar los contenidos en nutrientes esenciales para minimizar las pérdidas de nutrientes al medio ambiente como el Nitrógeno. Esta aproximación permite la toma de decisiones de manejo antes de cosecha, con lo que la eficiencia aumenta.
El Grupo de Investigación Aplicada en Agroquímica y Medio Ambiente (GIAAMA) de la UMH está ubicado en la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO) del campus de Orihuela-Desamparados. El Grupo está integrado por Raúl Moral, Marilo Pérez Murcia, Conchi Paredes, Aurelia Pérez Espinosa, Marian Bustamante y Javier Andreu, así como 3 investigadores postdoctorales y 3 predoctorales. GIAAMA, también, gestiona COMPOLAB, un centro aplicado para el tratamiento de residuos orgánicos, a través del desarrollo de patentes y bioproductos en el ámbito agronómico. COMPOLAB contribuye al desarrollo de una economía circular y a la transferencia de tecnología verde.
Fuente: Diario Información