En un estado donde siete de cada 10 personas tiene sobrepeso, la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) ha decidido comprometerse a erradicar esta problemática, privilegiar una vida más saludable y, por todos los medios posibles, aprovechar al máximo los ‘desechos’ de la industria alimentaria para crear maravillas gastronómicas.
Ya desarrolló una cerveza manufacturada con ceniza de maíz, un cereal con remanentes de café, un pan fabricado con sobrantes de quesos y, desde hace unos días, cuenta con las primeras mantecadas con ajonjolí (el cual sería utilizado, en el peor de los casos, para forraje animal).
El joven Gonzalo Adrián Vargas Muñoz, estudiante de la Facultad de Ingeniería de la UAQ, presentó las ‘Ajonjolinas’, un auténtico delicatessen para el paladar.
“Lo interesante de estas mantecadas es que tienen una gran cantidad de proteína y fibra, y muy pocos carbohidratos; quienes las consuman podrán disfrutar de un pan delicioso y cuidar de su salud al mismo tiempo”, subrayó el universitario, quien utiliza leche MUAQ (que se produce en el Rancho de Amazcala) y huevos orgánicos (provenientes de la granja de la Universidad).
Vargas Muñoz explicó que las ‘Ajonjolinas’ están hechas de ‘suproductos’, lo que permite generar un abaratamiento de los insumos e innovar los procesos de la industria alimentaria, ya que se desarrollan con “sobrantes del forraje de animales, el cual posee un índice proteico muy alto”.
Además contienen harina de amaranto y harina de trigo, y están endulzadas con estevia.
El creador de las ‘Ajonjolinas’ señaló que en un inicio había evaluado la posibilidad de llevar a cabo tortillas, pan de caja y mazapanes, pero que al final se decidió por estas mantecadas debido a la importancia que tiene la industria panificadora en México y a la necesidad de generar opciones más saludables al respecto.
Fuente: A.M. Querétaro