La Compañía Coca-Cola se propuso la meta de que sus envases tengan un 50% de material reciclado. En esa línea, Sprite da un paso más y presenta su botella hecha 100% de otras botellas, una decisión que complementa el cambio que realizó en 2021 de su icónico PET verde a un empaque transparente, que puede reutilizarse para un abanico más amplio de productos.
La nueva botella de 500 ml reciclada forma parte del compromiso global de la compañía, Un Mundo Sin Residuos, que propone acompañar todo el ciclo de vida del envase: desde su diseño y fabricación, hasta su reciclaje y reutilización, además de las alianzas con gobiernos, organismos, cámaras y asociaciones para lograr el objetivo.
En definitiva, busca que los envases se integren al ciclo de economía circular, con un enfoque en la retornabilidad y en lograr un 100% de recolección para permitir su reutilización.
Con esta innovación, Sprite está reduciendo la utilización de plástico virgen y los residuos en el medio ambiente. Esta transformación también es posible gracias a nuestros consumidores, porque el primer paso consiste en descartar el envase en el sitio correcto para que pueda ser recuperado.
“Queremos contribuir con un cambio tangible y positivo para el planeta. Por eso, enfocamos nuestros esfuerzos en acciones que sienten hoy las bases para un futuro mejor. Hacer negocios de la manera correcta en todas las comunidades en las que operamos es nuestra responsabilidad para poder alcanzar nuestras metas de desarrollo sostenible, y eso empieza por lo que producimos. Estamos muy orgullosos de que una marca tan querida e icónica como Sprite evolucione hacia un camino más sustentable”, aseguró Gabriela Carracedo, Directora de Marketing de Coca-Cola de Argentina.
La ciencia detrás del desafío
Para fabricar botellas en base a otras botellas, proceso denominado bottle to bottle (botella a botella), se utiliza resina reciclada, materia prima que se extrae tras procesar y moler envases de plástico PET ya utilizados: botellas que fueron descartadas en puntos limpios y llegan a la planta de reciclaje en forma de fardos.
Una vez en la planta, se separan las botellas de las tapas y etiquetas, ya que están compuestas de distintos tipos de plástico, y usualmente se las reutiliza en la industria textil. Las botellas se lavan y trituran para convertirlas en hojuelas que luego se funden para dar lugar al pellet de plástico reciclado, que se transformará en preformas.
Esas preformas se colocan en una máquina sopladora, que le da forma a la nueva botella, que luego se etiqueta, se llena y sale al mercado.
Con el lanzamiento de la botella de Sprite hecha 100% de PET reciclado en algunos territorios de Argentina, la marca está un paso más cerca de sus objetivos de sostenibilidad en la región. Esta botella es también parte de un sistema más amplio de Economía Circular, un modelo de producción y consumo que implica compartir, reutilizar, reparar y reciclar materiales existentes durante el mayor tiempo posible.
Este sistema es un elemento central de Sprite porque involucra trabajo colaborativo con muchos actores, y reúne a las personas para apoyar un ambiente más sano y libre de residuos.
La meta de Sprite es que la totalidad de su portafolio esté compuesto por materiales 100% reciclados en toda América Latina. Este es, entonces, el primer paso de un auspicioso camino de evolución hacia un futuro más sostenible.
Fuente: El Nueve