Después de la Segunda Guerra Mundial, buscando fuentes alternativas de proteína, una compañía británica encontró en el suelo de Buckinghamshire un singular hongo que la contenía en altas cantidades: el Fusarium venenatum. Aprobado en 1985 para consumo humano, a diferencia de los conocidos champiñones o los shiitakes, carece de “sombrerito” y tiene más bien aspecto […]