Más de un millón de toneladas de plástico se encuentran en nuestras costas. Según la entidad bancaria ING, “las empresas europeas utilizan más de 8 millones de toneladas de plástico para producir envases de alimentos y bebidas”. Pero, además, estos plásticos pueden suponer un riesgo ya que contienen sustancias químicas que pueden transmitirse a los alimentos. Los envases sostenibles son una solución empresarial integral, y cada vez la impresión 3D tiene un papel más importante en el sector plástico. AIMPLAS, el Instituto Tecnológico del Plástico, a través del proyecto BIOTOOLS ha conseguido mejorar los residuos para producir bioplásticos biodegradables. El objetivo del proyecto es optimizar los procesos de transformación de residuos agrarios y orgánicos para convertirlos en recursos que se utilizarán en la industria del plástico, buscando siempre la sostenibilidad y viabilidad económica.
El proceso de fabricación aditiva consiste en diseñar digitalmente los envases y utilizar materiales sostenibles para conseguir productos de calidad que ayudan a las empresas en sus objetivos de responsabilidad corporativa. La razón por la que la impresión 3D se considera como un método de producción sostenible es porque se basa en los principios fundamentales de la gestión medioambiental: reducir, reutilizar y reciclar. Ya anteriormente vimos como un grupo de investigadores consiguieron convertir los residuos de PLA en resina de impresión 3D. Esta vez AIMPLAS ayuda a empresas a convertir los cambios legislativos que afectan a la industria del plástico en oportunidades que mejoren su eficiencia. ¿cómo transformando los residuos en recursos que serán utilizados en la industria plástica como por ejemplo en fabricar envases hechos con plásticos biodegradables.
¿En qué consiste el proyecto?
Este proyecto llamado BIOTOOLS está financiado por la Conselleria d´Innovació Universitats, Ciència i Societat Digital de la Generalitat Valenciana. Además del objetivo de optimizar los residuos conviertiéndolos en recursos para la industria del plástico, están desarrollando metodologías para la producción de envases más seguros controlados por las NIAS (Non-Intentionally Added Substances). El proceso para transformar los residuos agrarios y orgánicos domésticos se realiza a través de procesos de hidrólisis y fermentación convirtiéndolos así en recursos como ácido láctico o PHB consiguiendo producir así plásticos biodegradables. El proyecto aplica herramientas biotecnológicas tanto para la valorización de residuos en la producción de bioplásticos biodegradables como para ofrecer una mayor seguridad en los envases alimentarios.
Actualmente existe un riesgo en la seguridad del consumidor ya que los objetos plásticos se encuentran en contacto con los alimentos. Para este objetivo de conseguir envases más seguros su investigador principal asegura que: “estamos simplificando la evaluación de riesgos de las NIAS, es decir aquellas sustancias que no se han añadido por razones técnicas al envase durante su fabricación y que podrían migrar hacia el alimento, ya sea por los cambios de composición durante el proceso productivo o en su manejo por parte del consumidor, con una metodología novedosa basada en bioensayos in vitro”.
Fuente: 3D Natives
